Hola a todos...
Sé que septiembre ha sido un mes bastante difícil y lento para este blog, pero poco a poco voy retomando el ritmo. Estoy consciente de que en México tenemos temas candentes y de gran importancia para la vida nacional, como es el caso de la Reforma Laboral con la cual el Congreso pretende atorarse aún más a los trabajadores, así como proteger a los sindicatos corruptos y a los empresarios evasores de impuestos mejorar las condiciones de contratación y seguridad social de la clase trabajadora. De ese tema espero poder hablar largo y tendido en otra entrada.
Sin embargo, hay un tema que me está dando vueltas en estos momentos, que trata alrededor de un asunto muy importante de algo menos importante en la vida humana: los deportes profesionales. Si ustedes están al pendiente de la NFL (paren las prensas, ganaron mis Raiders), quizás hayan visto el partido del pasado Monday Night Football entre los Green Bay Packers y los Seattle Seahawks. Les platico a grandes rasgos, en la última jugada del partido, con ocho segundos en el reloj, un pase desesperado del quarterback de los emplumados, Russell Wilson, terminó en un mar de manos, entre las que se encontraban las del receptor Sidney Rice y las del safety de los verde y amarillo M. D. Jennings. La repetición que los oficiales revisaron da la clara impresión de que el defensivo tenía el control del balón, pero se determinó que había sido touchdown de Seattle, lo cual dio la derrota por 14-12 a los de Wisconsin.