Nada me hace enojar más que las insinuaciones de mi madre respecto a mis elecciones de vida. Ya he contado alguna vez en esta bitácora que se opuso de forma tajante a mi elección de carrera; hoy me dijo que sus amigas de la universidad siguen sin creer que no elegí la carrera de medicina y me dijo de alguna manera que mi talento estaba desperdiciado por no ser "el doctor Moreno" o "el abogado Moreno".
Todo esto surgió a que hace unos días me hicieron una oferta de trabajo que he considerado seriamente y que me obligó a pensar si he estado en el lugar correcto durante estos meses. Alguien a quien quiero mucho de Morton me dijo que me percibía estable pero no demasiado contento; detesto admitir que no he visto mis expectativas realizadas y que me he estancado rápidamente en la oficina, pero siempre dije que este "error" tenía que cometerlo porque no quería quedarme con la duda y podía ser el mejor acierto.