Discos Fetiche es una sección que había querido realizar en este blog desde tiempos inmemorables. Un inciso de esta bitácora para hablar de aquellos trabajos discográficos que, si bien no son mis favoritos, sí logran darle vueltas a mi cabeza por diferentes razones, ya sea porque hablan de cosas que estén pasando o porque se asocian de alguna manera con mis neurosis y manías.
Hay canciones que trascienden sus respectivos contextos, canciones que tienen la capacidad de explicar momentos similares de la vida pública y privada de las personas. Algo que me queda claro es que la historia no es cíclica; eso de que "la historia se repite" sólo ocurre en las telenovelas y en la literatura sentimental. En un país como México, donde las desigualdades y los problemas estructurales han sido la constante de nuestro devenir, cualquier canción de protesta puede mantenerse vigente sin importar el color de los blasones de la clase gobernante o los esfuerzos enmudecidos de la sociedad organizada.
Quizás por eso es que siempre considero Hoyos en la Bolsa (1996) como el disco más sólido que produjo el Tri en los años 90. Tratar de dar un juicio de cualquier álbum de la banda de Alex Lora, pionero innegable de la libertad de expresión en la música popular mexicana, es un ejercicio complejo; las canciones del Tri suenan muy similares desde los setentas hasta ahora, patrones de guitarras blues, pianos de honky tonk, solos de saxofón que después derivaron en armónicas, algunos violines para agregar textura de epopeya y los gritos de su líder y fundador. El Tri peca sobre todo de ser una banda de canciones pasajeras, de componer de acuerdo a las coyunturas de la vida nacional, casi por encargo. Los temas de relleno en los discos del Tri envejecieron de repente; los que trascienden se aferran a la realidad mexicana como el tormento de las erinias.
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Hoyos en la Bolsa es en sí declaración de principios: los aires de grandeza del neoliberalismo salinista se tradujeron en una economía frágil que se desplomó en el complejo 1994. El "error de diciembre" fue el canto de cisne de un año al que los aires de cambio se le ensuciaron tan pronto como empezó; el levantamiento armado del EZLN en Chiapas, los magnicidios del candidato priísta Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas y del secretario general del PRI José Francisco Ruiz Massieu en la Ciudad de México y la difícil transición de las viejas formas autoritarias hacia una política de mayor libertad democrática. Por supuesto, la devaluación del peso mexicano afectó a la economía de las clases medias y bajas a lo largo del siguiente sexenio.
Quizás fue por eso que Alex, muy católico y muy poblano, compuso una oración en lugar de una mordaz afrenta a la deuda externa, a la corrupción y a las instituciones represoras. "Perdónanos la Deuda" pone la otra mejilla ante la catástrofe, motivado por la impotencia, tristemente pasajera, de los abusos de las castas gobernantes. Del influyentismo, la corrupción y la impunidad líbranos señor por piedad. (...) Perdónanos la deuda, perdónanos Señor, como nosotros perdonamos las tranzas de los que nos gobiernan. Incluso en estos tiempos de pandemia y recesión, es difícil decidir entre reír o llorar.
Sin embargo, Alex Lora siempre está más cómodo en posiciones de ataque, y "Que Regrese Salinas" es una canción cuya coyuntura se dilató gracias a la satanización del discurso de la izquierda hacia el ex-presidente. Que regrese lo que se atracó pide el coro final de la canción, el cual es atribuido con mordaz ingenio "al pueblo de México" en los créditos del álbum. Por supuesto, los presidencialismos de vieja escuela han vuelto con todo en los últimos años, por lo que el papel de villano para el ejecutivo se ha vuelto hasta arquetípico de nuestra cultura política.
Año con año el dinero vale menos, años con año todo vale más. Año con año la crisis va avanzando y aumenta los abusos del gobierno. El tema que da título al disco es un conteo de todo lo que ocurría (y sigue ocurriendo) por consecuencia del constante estado de crisis económica que se vive en nuestro paraíso de tercer mundo llamado México. Sube el dólar, sube la inflación, surgen problemas familiares y desmejora la salud; el círculo vicioso que proviene de las incertidumbres económicas y que se representa en los hoyos de los bolsillos de los ciudadanos de a pie.
Entre otras canciones que integran este álbum encontramos un tremendísimo retrato de descomposición social ("Pamela"), críticas al poder absoluto de la televisión en la mentalidad del mexicano promedio ("La Caja Idiota" y "El Canal"), un jocoso canto al condón ("El Enmascarado de Látex", canción compuesta por Francisco Barrios "el Mastuerzo" de Botellita de Jerez), un reclamo al trato de los migrantes ("Trabajo Pesado"), entre otras.
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En tiempos como los que estamos acostumbrados a vivir, el cinismo se vuelve arma y escudo contra el peso contundente de la realidad. Como lo dijo el burro de la Rebelión en la Granja de Orwell, las cosas no pueden ser ni mucho mejores ni mucho peores de lo que han sido y siguen presentes como constantes inalterables de nuestro devenir el hambre, la opresión y el desencanto. Por eso canciones como las del Tri siguen vigentes e inalterables en nuestro colectivo pop, porque la realidad nunca la rebasa.
Tracklist:
- Todo Sea por el Rocanrol
- Pamela
- Perdónanos la Deuda
- La Caja Idiota
- El Fantasma
- El Enmascarado de Látex
- Ruta 100
- El Trabajo Pesado
- Que Regrese Salinas
- Hoyos en la Bolsa
- El Canal