Giovanni Bellini (ca. 1426 - 1516) "Madonna con Niño" (1480-90) Óleo sobre tabla, 83 x 66 cm Accademia Carrara, Bergamo |
En menos de una hora, me iré a Toluca para pasar la Navidad junto a mi familia. Es buen momento para regresar a las raíces después de este año lleno de cambios radicales en mi vida: la familia tiene salud, me gusta mi trabajo, hay gente interesante a mi alrededor y veo el futuro con buenos ojos. Sin embargo, hay otras cosas que me inquietan en estos momentos: la soledad me ha pegado golpes bajos a lo largo de este año, mucha gente que me importa se ha alejado de mi vida por muchas circunstancias y eso me ha comenzado a golpear el ánimo.
Es por eso que este año me viene muy bien la Navidad; por lo regular soy el típico Grinch sin espíritu navideño que sólo tolera la época por la comida y la bebida, pero hoy me nacen otra clase de intenciones. No negaré que quiero emborracharme con mi hermana y con mis primos, que quiero platicar a mis tíos y que quiero abrazar a mis abuelos, pero también tengo la intención de reflexionar sobre mi lugar en la vida hoy. Soy un hombre dichoso en muchos sentidos, tengo más de lo que necesito, tengo mucho talento por mostrar y sigo teniendo convicción de seguir aprendiendo cosas nuevas.
Hoy más que nunca me resuena lo que pensaba José Martí cuando dijo que "el trabajo embellece"; por fin he adquirido hábitos de gente decente: dormir a buenas horas, vestirme de forma presentable, convivir con personas de todo tipo y enfrentarse a problemas desafiantes. Despertar cada mañana para recorrer el camino al trabajo sigue siendo algo prometedor; el asunto es mantenerse fresco y entusiasta, lo demás se puede resolver. Aunque he dejado de lado por la falta de tiempo mi deseo de escribir y terminar una novela, éste es el lugar en el cual quiero estar en este momento.
Además, en este año he tenido mucha mayor convicción para rezar; hay mucha gente a la cual recuerdo y por la que pido que haya salud y prosperidad. Con todo respeto, quisiera levantar mis plegarias por mi familia, mis amigos, mis jefes, mis compañeros de trabajo y para la gente que vaya a llegar a mi camino en el futuro. Hay muchas cosas por las cuales estoy agradecido con Dios, Él me ha bendecido con su gracia en cientos de formas, me ha ayudado a superar mis crisis y me ha dado la fuerza para seguir adelante. Ojalá pueda entregarle buenas cuentas en el año que viene.
Mañana celebraremos un año más de vida. Celebremos que hay mucho qué hacer y que aún tenemos energía y salud para enfrentarse al desafío incansable que es la vida. ¡Feliz Navidad a todos!
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