enero 30, 2013

Berrinches de Novelista Novato #9: Ella es como las cuatro estaciones en un instante

Zinaida Serebriakova (1884 - 1967)
"Desnudo Reclinado" (1929)
Pastel y carboncillo sobre papel
Colección Privada

Ella es como las cuatro estaciones en un instante: una fresca primavera como una rosa blanca bañada de rocío al amanecer, como un verano cálido, sonriente y lleno de verdor; su cabello es el viento suave de un otoño melancólico y sus ojos un invierno hechizante y sereno. Ella es un fantasma que ha estado alrededor de mi vida durante estos años tan llenos de color, forma y alegría, y aún su distancia afecta mis pensamientos de vez en cuando.

Hace unos días, ella resurgió en mis labios por necesidades meramente didácticas; las historias personales pueden determinar los rumbos de cualquier vida, pero siempre corremos el riesgo de engancharnos con ellas, y en esa materia soy todo un experto. No quería tocar el tema, pero era tanta la inquietud que tuve que tomar la salida fácil conociendo que era un error; a veces la vida necesita que recuerdes las cosas menos importantes, las que a base de necedad te motivan a vivir.

Pensé en la Malèna de Giuseppe Tornatore, pero yo del joven Renato tengo sólo el espíritu infantil; sin duda alguna, las mujeres que nunca olvidas como hombre son aquellas que no lo piden, y sin duda ella es una de ellas. Me queda claro que la convivencia y el hecho de que fue relativamente cercana por un periodo largo de tiempo es algo que influye mucho, pero en el camino de mi vida pública y privada han quedado tantas personas que aún no sé si ella volverá frente a mis ojos tristes otra vez.

*****

Como mi novela está detenida en un hiatus sin fecha de término, no he tenido más necesidad de llamar la memoria a mi recuerdo; el bloqueo mental ha sido tan grave y mi estado de ánimo tan volátil que apenas y tengo tiempo para explorar mis pensamientos y plasmarlos en letras (como se notará, ésta es una de esas notas que sólo liberan tensiones verbales).

Ahora mismo estoy pensando en mi trabajo, al extremo de que algunos de sus personajes se entrometen fugazmente en mis sueños; podría estar mejor, el estrés me va a fulminar en un rato y mi autoestima debe reforzarse un poco en estos días. Quiero ir a un museo, tal vez ir a un concierto de música clásica, cualquier cosa me viene bien ahora mismo.

Mientras tanto, dejaré que las estaciones del año pasen entre la distancia que me mantiene alejado de los ojos zarcos, la sonrisa melancólica y el paradero inexplorado de esa mujer cuyo nombre quema con insistencia mis labios

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