Línea 12: Una elevada zanja llena de confusión

Cuando todo era miel y el Metro olía a nuevo...

Nos tomó por sorpresa a todos los chilangos el cierre repentino de doce de las veinte estaciones de la Línea Dorada del Metro. El subsuelo capitalino está lleno de confusión, hoy los andenes se llenaron de personas del sur de la ciudad que buscaban desesperados rutas alternativas a su destino. No han pasado 48 horas desde que se anunció la clausura del tramo, pero la repartición de culpas y responsabilidades se ha disparado hacia todos lados: el ex-Jefe de Gobierno del De-Efe Marcelo Ebrard, el líder del proyecto Enrique Horcasitas, el director del STC Joel Ortega, las constructoras de las vías ICA, Alstom y Carso Infraestructura y la empresa armadora de los trenes CAF.

Mientras los periodistas y las autoridades observan quién fue el responsable de este defectuoso huevo Juanelo, los ciudadanos tenemos que sufrir las consecuencias de una obra que apenas tuvo diez meses de vida útil producto de falta de calidad y previsión durante su fabricación. La versión oficial del peritaje fue que la desnivelación de los carriles ha provocado daños en los trenes, los cuales a la vez perjudican más las instalaciones; la suspensión del servicio obedece más a cuestiones de seguridad para usuarios y trabajadores, cuestiones que no debieron ocurrir por diseño.

Se invirtieron 2,400 millones de pesos en la construcción de la obra de infraestructura insignia de la gestión de Ebrard en el De-Efe, costos que fueron más altos que los anunciados en un principio. Ahora que el Metro ha mostrado sus defectos de fabricación, ¿en cuánto dinero va a salir repararlo?, ¿acaso piensan volver a subirnos la tarifa?, ¿qué va a pasar con los 435 mil usuarios afectados?. Por ahora, los sureños se quedarán sin su línea "nueva" por al menos seis meses.

Las molestias causadas desde su construcción hasta esta noticia merecen una respuesta; es por respeto a los que vivimos aquí. Se vienen momentos de crisis para la administración de Miguel Ángel Mancera.