junio 04, 2015

Especial: Top 20 Albums de 2014 (Parte 8: #5 y 6)

6) Damon Albarn - Everyday Robots

La premisa suena rara, pero es cierta; a finales de 2011 se dio el anuncio de que Damon Albarn, dios del britpop, líder de Blur y mente maestra tras Gorillaz, estaba trabajando en su debut como solista. Para un tipo tan prolífico y genial como Albarn, la idea de un álbum solitario podría sonar anacrónica, pero su sustento radicó en el proceso de una creación personalísima de su pasado juvenil, mucho más profunda y descarnada que cualquier álbum de su brillante trayectoria. Solo frente al monolito construido durante 20 años de música, Albarn reconstruyó su propio paradigma con un trabajo extraordinario.

Everyday Robots surge bajo el argumento de la dicotomía entre nuestra individualidad como humanos y la inexorable mecanización y tecnologización de nuestras vidas. Confeccionado sobre un piano y con ayuda de guitarras, Albarn recurre a las percusiones de Richard Russell, a los sintetizadores de Brian Eno y a la voz de Bat For Lashes. El álbum presenta una variedad riquísima de colores y texturas: sosegado hip-hop, pop para ukelele, percusiones caseras, coros de iglesia, guitarras a lo mínimo, piano jazz, reminiscencias a koras de Mali, violines en loop y la compleja melancolía de un artista en la enésima plenitud de sus facultades.

Damon Albarn de cuerpo entero, renunciando a la megalomanía de su pasado en pos de una meditación de su presente. 

Escucha: "Lonely Press Play", "The Selfish Giant" y "Heavy Seas of Love".


5) Robert Plant - Lullaby and... the Ceaseless Roar

Después de terminar su ciclo de colaboración bluegrass con Allison Krauss y de haber reformado su antiquísima Band of Joy por un par de años junto a su ex-novia Patty Griffin, Robert Plant agregó otra ficha a su legendaria carrera. En 2012, de vuelta en Inglaterra, fundaría una nueva banda, los Sensational Space Shifters, una especie de súper grupo de apoyo donde destacan el guitarrista Liam Tyson de Cast, el bluesman Justin Adams y el bardo gambiano Juldeh Camara. Si agregamos la colaboración de la cantante Julie Murphy interpretando cantos en lengua galesa, nos encontramos ante un cuadro lleno de imaginarios sonoros al servicio de uno de los intérpretes de folk más influyentes de la cultura pop mundial. 

Lullaby and... the Ceaseless Roar es un álbum sosegado, de emociones profundas, con pocos instante de estruendo, donde se favorecen las melodías sutiles y las atmósferas densas y recargadas con secuencias de armonías hipnóticas. Plant ha reconectado nuevamente con el misticismo de las fábulas de su tierra y las ha revestido entre programaciones electrónicas, percusiones celtas y cuerdas del norte de África; por otro lado, no ha olvidado el aprendizaje de las raíces americanas ni la psicodelia que lo acompaña desde hace una década. Tampoco pasan desapercibidas las letras de amor perdido ni los guiños a un pasado omnipresente reflejado en alusiones a viejos éxitos; hay citas a "Thank You" de Led Zeppelin II y a The Song Remains the Same, pequeños y fantasmales pedazos de memoria.

No es que Plant haya dejado de ser la deidad del rock de antaño, figura de la que huye con manía, solamente tomó otro camino y ahí seguirá por muchos años más. Mientras las voces alarmantes de una reunión de Led Zeppelin en el futuro no dejen de perseguirlo entre laberintos sin salida, él seguirá mirando los horizontes de su legado como solista con la serenidad de un trovador y la energía de un viejo marinero.

Escucha: "Rainbow", "Embrace Another Fall" y "Turn It Up".

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