noviembre 09, 2011

Top 20 Albums #6: Led Zeppelin - Led Zeppelin IV

Antes de comenzar, me gustaría mandar un saludo al bloguero que me recordó tan importante fecha, Efrén de The Bad Blood Club, cuyo texto homenaje me sirve como punto de partida. En muchas partes del mundo, en diferentes idiomas y lugares, se debieron de realizar cualquier cantidad de tributos al disco del cual hablaré en la entrada de mi Top 20 de Albums; he aquí mi grano de arena.

Un día 8 de Noviembre de hace 40 años, apareció en las tiendas de música uno de los albums más paradigmáticos de la historia, la gran obra maestra de Led Zeppelin, hombre por hombre, sin temor a equivocarme, la más virtuosa banda de rock de todos los tiempos; piedra clave de lo que hoy entendemos por rock en casi todos sus subgéneros, cuya trascendencia es y seguirá siendo la letra escarlata en la piel de todas las bandas de rock que los han sucedido. Hablo, desde luego, del disco del ermitaño, el disco de los cuatro símbolos, ZoSo; hoy en día más conocido como Led Zeppelin IV (1971).

Cuatro genios ingleses cuyos nombres se escriben en tinta áurea: al frente, la potente voz de Robert Plant, cuyo carisma es la mejor manifestación de actitud rockanrolera de toda una generación; tocando el bajo y una gran variedad de instrumentos en estudio, el sereno virtuoso John Paul Jones, responsable de las aristas que acercaron a la banda a terrenos como la música clásica y los sonidos de Oriente; una bestia en la batería, John Bonham, por aclamación el mejor baterista de la historia, el hombre detrás del arrastre rítmico y de la leyenda fiestera del grupo; y finalmente, Jimmy Page, el divino guitarrista que, en cada golpe y cada riff de su Les Paul, invocaba la risa del poderoso demonio que le vendió su alma por amor al rock n' roll.

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Sé que esta frase es un gran cliché, pero Led Zeppelin cambió mi vida, para siempre y para bien. Recuerdo que cursaba mi primer año de la preparatoria cuando me topé por vez primera con el IV; de inmediato fui a comprar ese disco que tanta emoción me había causado, y lo escuché íntegro tres veces seguidas en casa. Desde esos días, mis gustos musicales en inglés se alinean a partir de dos paradigmas bastante contrarios: si bien Norah Jones ejemplifica mi apolíneo lado "pop", Led Zeppelin marcó el verdadero comienzo de mi dionisiaca militancia rockera; lo que vino después se mueve juguetonamente y de forma desigual entre estos polos.

Pero volviendo al tema, recordemos el contexto en el cual vio la luz el IV. Hacia 1970, Led Zeppelin era uno de los actos musicales más populares en Estados Unidos y el Reino Unido, debido en gran parte a la energía que derrochaban en sus conciertos, a la imagen legendaria de rock stars fiesteros y al éxito comercial de sus tres trabajos anteriores. Hacia finales de ese año, comenzaron las grabaciones de las maquetas de los temas que formaron el IV, las cuales se completaron durante el primer trimestre de 1971; el lanzamiento se retrasó por problemas en la mezcla final hasta el mes de Noviembre.

Otro problema surgió en el inter: al no tener título oficial, Atlantic Records no quería lanzar el álbum; de hecho, los cuatro símbolos fungieron como el "nombre" del material, y fueron éstos los que se utilizaron en la propaganda. El arte del álbum es muestra del interés de Jimmy Page por la magia y el ocultismo, así como de su muy particular sensibilidad: por ejemplo, los diseños de las "runas" que representan a cada miembro de la banda, recuerdan símbolos astrológicos y alquímicos, además de tener un significado particular para cada integrante.

La portada, una de las más emblemáticas de la historia de la música grabada, es una fotografía de la pared carcomida de un edificio en ruinas, de la cual cuelga un cuadro de un anciano cargando leña sobre su espalda, con vista hacia los edificios industriales de la ciudad de Reading; la imagen refleja una poética contraposición entre la destrucción de la vida de campo y el crecimiento industrial en la ciudad. En el interior, una bella de muestra de revival tipográfico decimonónico para la letra de "Stairway to Heaven" y la petrea e icónica imágen del ermitaño, inspirada en el tarot Rider-Waite. Hasta en esos detalles, el IV es un disco atrevido e innovador.

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Pocos albums tienen un inicio tan arrollador, "Black Dog" es una de las canciones más complejas en el catálogo de Led Zeppelin, pura y desatada sensualidad traducida en sus drásticos silencios y cambios de ritmo, la provocadora voz de Plant, el riff de Page y la desenfadada batería de Bonham. Al finalizar la canción, el solo de guitarra y los gemidos de Plant son puro poder desbordado, casi cinco minutos de provocación y hedonismo; si hay una canción que lograba resumir todo el músculo en vivo de la banda, es ésta.

A continuación, "Rock and Roll", poderosa canción estructurada a partir de base bluesera de 12 compases, donde nuevamente queda demostrada la explosividad del grupo; la frenética batería de Bonham y el bajo de Jones tienen el protagonismo en todo momento, y los batacazos del final son la cereza del pastel. El piano que agrega Jones en la segunda parte del disco recuerda a Little Richard y Jerry Lee Lewis, mientras las partes de guitarra de Page y la voz de Plant adhieren una atmósfera fluida y sólida que le da su sello al tema.

En el tercer corte, la banda se adentra en una dimensión musical explorada en su trabajo anterior, el III, con otro resultado épico. "The Battle of Evermore" recuerda a las canciones tradiciones del folklore británico, con referencia a pasajes de "El Retorno del Rey", tercera parte de la trilogía de El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien. Con una mandolina, guitarra acústica y algunas percusiones, la canción construye un diálogo call-and-response entre Plant y la cantante de folk Sandy Denny, amiga personal de la banda que fue invitada para realizar la segunda voz. La canción es todo un triunfo, muestra las raíces y la versatilidad de la banda y abre caminos de luz en un lugar donde todo parecía ser reino de oscuridad. Una quinta "runa" fue asignada para Denny, la única vez que un músico invitado compartió el estudio con Led Zeppelin.

Y entonces, surge la magia, "Stairway to Heaven", himno que resume todos los valores estéticos de Led Zeppelin; el nostálgico virtuosismo de su facia acústica se encuentra con la majestuosidad de su poder eléctrico, los misterios omnipresentes del folk y el rock son encumbrados hacia dimensiones cósmicas. Escalinata celestial que con cada peldaño adquiere melodía y poder: la canción comienza con el fingerpicking de Page y el melotrón de Jones, sensaciones de leyendas élficas abundan por el aire hasta que la voz de Plant comienza a llevarnos hacia la razón. El espíritu de la guitarra de 12 cuerdas irrumpe con su encantador rasgueo, siguiendo el patrón cromático de los arpegios de la guitarra acústica; a la fiesta se une Bonham con su compleja base rítmica. Todo revoluciona, las guitarras y la batería se contraponen a duelo para abrir camino al hechizo; el solo de Page en su Telecaster, las 12 cuerdas del Rickenbacker acompañando, la batería y el bajo al pendiente de la marea en el canto de Plant. Las palabras quedan sobrando, la canción es aún la misma, de la sangre de la medusa surgió el último canto de un cisne que llama al silencio final. He aquí la canción más maravillosa de la historia del rock, pocas presumen tal grandeza e influencia; aquí podría acabar la historia, pero aún falta la mitad del disco.

Un riff a dúo entre Page y el piano eléctrico de Jones abre paso a "Misty Mountain Hop", una canción de fiesta y marihuana con otra senda referencia a las cartografías de las historias de Tolkien. Aunque el ritmo es rígido y acompasado, no se salvó de pequeños errores de coordinación en la banda, pero la grabación era bastante buena en lo general como para descartarla; finalmente, es Led Zeppelin, y los problemas de ejecución eran pecata minuta.

"Four Sticks" es la mayor muestra de las habilidades de Bonham en esta grabación; al verse frustrado por no lograr las secuencias que la canción necesitaba, utilizó cuatro baquetas para crear esa atmósfera que parece ser la interpretación de varios percusionistas; al agregarse las guitarras, un sintetizador y la voz de Robert Plant, nos encontramos con una canción difícil de tocar y de escuchar, pero ejemplar por el reto técnico que exigió.

El séptimo track, "Going to California", es otro prodigio folk de la banda, pulsión de las canciones del disco III. Aquí, Robert Plant se acerca a una de sus influencias contemporáneas, la maravillosa poesía de las canciones de Joni Mitchell. La letra describe lo que parece ser un sueño californiano, con una mujer con flores en el cabello, un terremoto y una búsqueda en una yegua blanca por aquella mujer que aún no existía. Led Zeppelin buscó a Joni Mitchell en sus historias y en su voz de ruiseñor, logrando esbozar una fidedigna imagen musical de la canadiense.

El último track, "When the Levee Breaks", es un cover de un trágico blues del Delta convertido en portentoso blues eléctrico, un trabajo arduo de producción en estudio, difícil de interpretar en vivo con toda su fuerza. El bajo de Jones y la pesada línea de batería de Bonham, la cual tuvo enorme repercusión en la electrónica y el hip-hop, llevan toda la iniciativa, mientras los poderosos riffs de la guitarra de Page y la omnipresencia de Plant en la harmónica y en la voz se dejaban encantar por un efecto de eco, lo cual le da una atmósfera aún más densa. Otro desborde de genialidad que finaliza con un peligroso lick de Page en el final; tantas emociones cortadas que animan a volver a comenzar.

Han pasado 40 años y este álbum sigue siendo de los consentidos de todos aquellos que se saben amantes de la música. Pocas cosas han sido tan grandes en la historia de la humanidad como la epopeya de estos cuatro jinetes por los caminos del rock n' roll, y pocos vestigios atemporales son tan ejemplares de tan divino poder como el IV.

Then the piper will lead us to reason...


Tracklist:
  1. Black Dog
  2. Rock and Roll
  3. The Battle of Evermore
  4. Stairway to Heaven
  5. Misty Mountain Hop
  6. Four Sticks
  7. Going to California
  8. When the Levee Breaks

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