Hoy volvió a ser un día nublado... Se extraña el sol glorioso de otros días. |
La vida baja en grasas no suena tan fea como hubiera pensado; debido a mi operación estoy a dieta, así que mientras esté en estas condiciones, algún puesto de tacos de la Ciudad se verá en serio peligro de quebrar. Porque como me decía G.S.F. antes de la operación, "soy hijo de médicos" y voy a estar muy checado hasta el próximo sábado 22, cuando el doctor O. me quite los puntos de la cirugía y termine de valorar los resultados de mi intervención quirúrgica.
No lo voy a negar, extraño los empanizados, los quesos, el suadero generoso, un fernet con refresco de cola al atardecer y todo lo que a carne roja se refiera, pero también estoy agarrándole el gusto a las ciruelas, la gelatina de agua, el té matutino y las carnes blancas. Cuando decía que podía comer pescado y pollo toda mi vida, no estaba siendo irónico, de hecho me ayuda a no extrañar tanto el sabor de la carne. Cada vez tengo menos dolor y mis funciones gastrointestinales se están reinstalando, todo gracias al omeprazol y al ketorolaco.
Mi mamá y mi hermana quieren ir al cine a ver una película de Will Smith a la que no tengo ganas ni de asomarme; según quieren sacarme a caminar, pero sólo tengo ánimo para hacer mi nuevo ejercicio de señora de Polanco, darle vueltas al departamento de mamá hasta que me canse. Además, ¿cómo se les explica a dos mujeres que hoy empiezan las finales de la Stanley Cup? Ya quiero que sean las siete...
Bueno verte por acá mi Beto. Básicamente me sacaron la vesícula biliar. Ya estaba toda grasosa y podrida de tanta comida y alcohol y me daba dolores desde hace varios años, por lo que me la tuvieron que quitar para evitar cosas peores.
ResponderEliminarSí, la mala vida y la gula son más fuertes, ojalá puedas hacer dieta. Ya acostumbrado no es tan malo. Yo por ejemplo no voy a poder comer tanta grasa como antes sin que me de una diarrea del demonio.