Hace rato, se jugó el Juego 5 de la serie entre los Chicago Blackhawks contra los LA Kings; después de un doble tiempo extra, Patrick Kane completó un hat trick batiendo a Jonathan Quick para darle a los de la cabeza Sauk el boleto del Oeste. Un día antes, en el frente del Este, los Boston Bruins completaron la barrida en casa ante unos irreconocibles Pittsburgh Penguins de la mano de un bombazo de Adam McQuaid; después de dos series más cortas de lo que se esperaba, tenemos a los finalistas del gran baile de Lord Stanley por la supremacía en la NHL. Aquí ofrecemos Siete Pecados Capitales sobre cómo llegaron ambos equipos a estas profundidades.
- Primera final entre miembros de los "Seis Originales" desde 1979: Para los fanáticos más nostálgicos de la NHL, este enfrentamiento es más que soñado; será la séptima vez desde la conformación de la NHL como liga norteamericana única (1927) que bostonianos y chicagüenses se verán las caras en la postemporada, aunque estamos hablando de una final absoluta inédita en su historia. La historia no ha sido justa para estas franquicias en los últimos años, ya que ligaron varios lustros de frustración reflejados en varios años de sequía y en sus marcas negativas de 30% de victorias en finales; ambos equipos quieren recuperar el tiempo perdido y llenar sus arcas con nuevos trastos, el hambre no les falta.
- Ambos equipos están en búsqueda de una dinastía: La última vez que vimos una final entre dos de los "Seis Originales", los legendarios Montréal Canadiens de los 70's estaban completando su última gran dinastía. La NHL ha cambiado mucho en 34 años, muchos equipos "nuevos" fundaron legados riquísimos durante ese tiempo y otros más consiguieron ser agradables one-hit wonders; sólo los Detroit Red Wings han logrado hilvanar varios triunfos entre los de la vieja guardia. Esta serie final otorga una oportunidad a Bruins y Hawks de poder crear una nueva dinastía que podría ser recordada como la que marque esta época; de los últimos cuatro campeones que se enfrentaron en estas semis, saldrá el que podrá dar el paso de calidad que lo distinga de los demás.
- ¿Alguien sabe dónde se extraviaron los Penguins?: Como dice la canción, lo tuvieron todo y lo perdieron; sin duda alguna el fiasco de la ronda fueron los de Pittsburgh, quienes no habían tenido que cambiar su plan a lo largo de las rondas anteriores y se encontraron con situaciones que nunca pudieron controlar. En las Finales del Este, se encontraron con un Tuukka Rask encendido frente a la red y al juego de impacto de la nueva encarnación de los Big Bad Bruins, quienes aprovecharon cada oportunidad que tuvieron para matar a sus rivales; las estrellas entraron en el apagón de la defensa bostoniana, encabezada por el capitán Zdeno Chara. El portero Tomás Vokoun mostró sus flaquezas en los momentos importantes y los defensas no ayudaron en el power play como solían hacerlo; la cúpula del equipo aurinegro deberá esperar hasta el siguiente año, ojalá que la galaxia no se desintegre en el hoyo negro del mercado invernal.
- El campeón cayó con enorme dignidad: En contraste, es de aplaudirse la manera en la cual fue derrotado el hasta hace unas horas campeón reinante; los LA Kings se mantuvieron fieles a su estilo y le metieron varios sustos a los Blackhawks, quienes tomaron la vía del talento y lograron estar a la altura de la competencia física de sus rivales. Hay que destacar el momento del guardameta Corey Crawford, quien al paso de cada partido se ve más atlético y certero; no olvidemos al dúo dinámico Jonathan Toews - Patrick Kane, el cual encontró en Bryan Bickell a un talismán de confianza ante el acoso y derribo de contrincantes más fuertes y agresivos. Si bien cayeron en cinco, los angelinos pueden presumir que fueron enormes defensores de su título y animadores de esta postemporada; aunque tiene sus errores como buen humano, Jonathan Quick es hoy en día el mejor portero del planeta hockey y deberá ser la piedra angular de esta franquicia durante el siguiente lustro.
- Lo que necesita Boston para ganar la Stanley Cup: Ante todo, mantenerse fieles a ese juego agresivo y lleno de fortaleza física. Deberán mantener fresco el instinto asesino; dependerán mucho de su power play y de lo que atacantes como David Krejci, Nathan Horton y Patrice Bergeron hagan. Tuukka Rask esperó mucho tiempo para ser el número uno absoluto en Beantown, ha vivido series de postemporada desde la valla y desde la banca; su experiencia y el momento que está viviendo serán factores importantísimos si los Bruins quieren llevarse todo. Se espera mucho más de Jaromir Jagr, quien ha dado experiencia y unión dentro del grupo; también deberá ser la consagración del novato sensación Torey Krug. Pónganle especial atención a Gregory Campbell, el hombre discreto que mejor trabaja la defensa entre los delanteros de este equipo, sin él los de Boston sencillamente no estarían aquí.
- Lo que necesita Chicago para ganar la Stanley Cup: Antes que cualquier cosa, deberán poner la fuerza al servicio del talento; deberán soportar los roces para sacarle brillo a su enorme habilidad. Ellos recibirían un probable Juego 7, así que la afición deberá poner a hervir al estadio más ruidoso de la NHL. Habrá que poner atención especial en los equipos especiales, los cuales ganan campeonatos cuando son compactos; el poder ofensivo de Patrick Kane, Marian Hossa y Patrick Sharp es tan importante como la habilidad destructora de Michael Frolik y Marcus Kruger. Deberá ser el momento en el que Corey Crawford pegue el salto de calidad hacia el adjetivo de grandioso; ha trabajado mucho para quedarse con su puesto, aunque la ayuda de amigos como Duncan Keith, Brent Seabrook y Johnny Oduya siempre será bienvenida. Finalmente, pongamos atención en el riquísimo trabajo de Bryan Bickell, quien es capaz de ayudar en cualquier momento y con cualquier recurso; en playa o en ciudad, con el músculo o con la técnica, lo hace todo y lo hace bien.
- Ahora sí, aunque suene trillado, que gane el mejor y que se haga historia: Mi pronóstico, Chicago en 7.
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