abril 10, 2014

Berrinches de Novelista Novato #34: Nota rápida para mi utópica muerte

Odilon Redon (1840 - 1916)
"El Cíclope" (1914?)
Óleo sobre cartón sobre papel, 65.8 x 52.7 cm
Museo Kröller - Müller, Países Bajos

Nunca he tenido vocación hacia el suicidio, tampoco se me antoja morir de manera violenta. Sin embargo, la muerte natural me parece sobrevalorada. Sería muy bueno desconectarme del mundo sin dolor ni temor, sólo la sensación de desvanecerse de repente entre los vientos que corren sin sentido y las gentes que, sin más opción qué elegir, continúan su camino. Pido demasiado, el destino me sacude todos los días recordándome que la vida es un azar continuo.

Sé que soy joven y no debería pensar en esto*, pero ahora mismo no me siento del todo cómodo con la vida, como si algo no terminara de ser perfecto. No me interpretan a mal, sólo que nunca había sentido mis carencias con la carne tan viva como en estos días. Mi espíritu está anquilosado, no se puede expandir hacia nuevos horizontes, la comodidad emocional en mi corazón y la falta de intensidad en mis venas se han vuelto insoportables.

Si lo pienso con más detalle, terminaré concluyendo que mis pensamientos no tienen sentido y que necesito dormir; el horario de verano me pone más nostálgico de lo que debería estar permitido. Aún no existen las palabras en mi boca para mi propia elegía; aún no deben existir los clavos de mi ataúd. Ojalá mi vida cobrara más sentidos, más líneas de fuga, más desafíos y razones; por inicio de cuentas, necesito otro corazón en donde la luz de mis ojos pueda vivir.

* Regresando al tema de inicio pocas horas después, si por mí fuera, expediría invitaciones a mi funeral... 

4 comentarios:

  1. Es curioso que lea esto porque justo hace un par de días pensaba que la vida está infravalorada por esa arraigada idea de que lo bueno viene cuando te mueres y la muerte sobrevalorada por no tener la mas mínima seguridad de que así será.
    A lo lejos leo, si de algo sirve.

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    1. De mucho me sirve Belem. Gracias por comentar.

      De un pensamiento sobre la muerte me pasé a la monotonía de la vida; me siento demasiado aburrido y solitario, como nunca en los últimos años. Pensar en la vida me cuesta más trabajo, no tengo planes fijos más que la rutina y los planes a corto plazo.

      A final de cuentas, necesito más vida para no estar pensando demasiado en no vivirla.

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    2. -debe ser el horario de verano- te diré, como si fuera un consuelo real, como si estuviéramos desahuciados y estas fueran las únicas palabras posibles entre los dos.

      Parece natural, siempre nos falta algo, siempre necesitamos más ...

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    3. Creo que ese horario maldito nos está matando la inspiración...

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