Noche de Temixco, Abril 1 de 2013 (Foto del autor) |
Estimados amigos de este espacio bloguero: Escribo esta entrada para comentarles que estuve por Cuernavaca durante la Semana Mayor pasándola bien con mi papá y con mi hermana. La verdad no tengo demasiado qué reportar, sólo lo habitual, todos tenemos salud y eso es lo que importa por encima de cualquier cosa. Debí haber subido al menos un par de kilos, pero he recuperado muchas convicciones que pensé estaban perdidas desde hace mucho tiempo.
Como ya comenté hace dos entradas, renuncié a mi trabajo de profesor de secundaria en la segunda semana de marzo; la verdad necesitaba platicarlo con alguien que no fuera mi madre, quien ya sospechaba desde dos semanas antes que algo así pasaría; afortunadamente, la abuela de mi hermano (normalista retirada) y la esposa de mi padre (a quien los consejos prácticos se le dan como a pocas personas que conozco) estuvieron ahí para escucharme, algo que me liberó sobremanera. Durante las dos semanas posterior a mi salida, guardé una especie de luto por la decisión que había tomado; había dejado de disfrutar dar mis clases, los chicos de tercer año habían perdido todo el interés, no estaban aprendiendo nada y me perdieron todo respeto, por lo que tuve que salir de ahí por el bien común. Sigo agradecido con mis ex-jefes, pero sigo sintiéndome mal por haberlos defraudado y no haber terminado el año con ellos; también extraño a los alumnos por los que sigo sintiendo cariño, sobre todo los de segundo año.
Gracias a que la otra oportunidad de trabajo que estuve buscando en los primeros dos meses del año no se concretó, me quedé como el perro de las dos tortas; ojalá surja otra oportunidad pronto, ya estoy demasiado ansioso y no tengo demasiadas ganas de andar de mañoso en mi casa o en las calles de esta gran y hermosa ciudad. Platicarlo con gente de confianza me ayudó a levantar el duelo más pronto de lo que pensaba, no podía seguir huyendo de mis pensamientos, tenía que sacar lo bueno y aprender de mis errores para quedarme con lo bueno; además, no lo perdí todo, me quedé con una persona muy especial, pero ésa es otra historia.
Pero no todo son malas noticias: Por dedicar mi tiempo y mis pensamientos a mi primera experiencia en el magisterio secundariano, había dejado de lado la novela que comencé a escribir el año pasado; gracias a las noches silenciosas de Cuernavaca y a la ayuda del tabaco y la cerveza pude retomar el hilo conductor de la misma, por lo que estoy de vuelta en el oficio de novelista en forma. Además, y como si no me gustara complicarme la vida todo el tiempo, inicié a redactar otra historia desde el pasado mes de febrero, la cual está tomando cuerpo rápidamente y espera a ser pasada en digital muy pronto. Mientras no tenga otra cosa mejor (y remunerada) por hacer, me dedicaré a esto en cuerpo y alma; tengo que ponerme a trabajar para no perder ritmo y poder sacar estos proyectos adelante.
La vida debe seguir y mientras hago planes el mundo gira; por ahora necesito enmendar mis defectos de siempre y reconstruirme en todos sentidos. Ojalá estén aquí para acompañarme; por ahora, el blog reabre sus oficinas para cualquier propuesta indecorosa. Por ahora, los dejo con el primer movimiento de la sexta de Gustav Mahler dirigida por Valery Gergiev, la pieza de música clásica que ahora mismo me cautiva.
Adios!!!
Adios!!!
Gracias por todo. Sí que fue muy difícil, pero ya no tenía caso intentarle con esos chicos. Aquí estaré mientras encuentro otra cosa y se ordenan las cosas. Saludos!!!
ResponderEliminarLa verdad es que si aunque quiero recalcar que yo me arrepiento pero ahora soy feliz porque tengo un buen amigo y sobre todo buen consejero gracias Franki de verdad y sabes que cuentas con mi apoyo
ResponderEliminarAprecio tu sinceridad Daniela, lo sabes. Al menos no perdí personas que valen la pena. Ojalá las cosas mejoren para todos y que sigamos presentes para ambos por mucho tiempo más. Besos y abrazos...
Eliminar¿Ya te voy a explicar Maximato?