El viernes por la mañana debía
despertar para tomar el avión que me regresara de Cancún hacia la Ciudad de
México. Crudo y desvelado por la farra de la noche anterior, me fui a dormir
pensando por qué alguna de las gringas que estaban ahí había mencionado con
insistencia un nombre que para nada pasa desapercibido...
En vez de
regañarme por haber llegado tarde a la habitación, Mamá me dio la tremenda
noticia en la mañana: Había muerto el símbolo sexual de los 70's, Farrah
Fawcett (1947 - 2009), pero lo de la otrora Ángel de Charlie era esperado, pues
se trataba de un doloroso cáncer terminal en el colon. Lo que me impactó
fuertemente fue que Michael Jackson, el ícono detrás del nombre que escuché,
hubiera muerto, según los reportes periodísticos, de una falla
cardiorrespiratoria a la edad de 50 años, justo cuando preparaba su despedida
de los escenarios.
Sí, murió
Michael Jackson, el rey del pop, el viejo Peter Pan, el artista pop más
importante del último cuarto del siglo XX. Aquél que nació en una familia
trabajadora de Testigos de Jehová en Indiana, que de muy niño comenzó a cantar
con sus hermanos en Jackson 5, para la reconocida productora de música
afroamericana Motown.
Desde un
principio, se dio a conocer a un pequeño que sufrió los abusos del padre, que
nunca tuvo un cumpleaños por el obstáculo de la religión. Un niño anormal, que
fue forzado a crecer muy rápido, a la par de sus hermanos mayores. Que sin
embargo siempre cargó con el papel principal de la banda fraterna hasta llegar
a abstraerlos de la atención. Que se refugió totalmente en el mundo infantil de
su creación, llevándolo a buscar a los pequeños para poder ser feliz mientras
que acrecentaba su leyenda como solista, lo cual lo llevó a acusaciones de
pederastia que lo derrumbaron del cenit.
Michael no
tuvo igual, y gran parte de esto se debe a que, de la mano de Quincy Jones en
la producción, creó su trilogía maestra, pilar de la música popular occidental,
"Off the Wall", "Thriller" y "Bad". ¿Quién no
sabe que, en el festejo de Motown 25, ejecutó un baile que comenzó el cambio en
el concepto de entretenimiento musical para siempre, y que lo identificará por
toda la eternidad como una estrella más grande que la luna sobre la que fingía
caminar?, ¿Quién no ha intentado hacer ese paso al menos una vez en su vida
calzando sólo sus calcetines? Michael cambió el concepto de música y de cultura
pop, con sus videos de envidiable producción, poniendo de moda también el video
musical de largometraje con estrellas invitadas. Creó increíbles coreografías,
las cuales ejecutaba con asombrosa facilidad, recurriendo a elaborados
manierismos expresivos. Dotado con una gran voz que tildaba entre la de un
tenor andrógino y la de un moderno contratenor, su música tomó muchas temáticas
que iban desde el amor hasta lo sobrenatural, así como las relaciones humanas y
las dificultades de la fama. También fue el primer gran artista cuyo nombre se
vio inevitablemente asociado a una marca comercial: Pepsi Cola. Finalmente, fue
también poseedor, de un rancho con zoológico y de los derechos de reproducción
del legado musical de los Beatles.
Michael
Jackson, el escándalo y la controversia. Estos temas fueron la constante de sus
últimos 15 años de vida, debido a los dos juicios que se le procesaron por
paidofilia, a los problemas económicos que nunca saldó, al matrimonio fugaz con
Lisa Marie Presley, y a su cambio de piel y de nariz comenzados en la década
anterior y que derivaron en su monstruosa transformación. La opinión pública se
recargó también por el nacimiento de sus hijos, los cuales se sometieron
también a sus excentricidades, y a sus últimos álbums sin éxito ni novedad
creativa.
Justo
cuando se anunciaban fechas del concierto de despedida, cuando había librado
años antes sus problemas legales, cuando al parecer ya trabajaba en un nuevo
material inédito, ocurrió lo inevitable, la muerte rauda y veloz lo llamó a la
mortalidad carnal.
Los discos
se vuelven a vender, los videos han vuelto a los canales de televisión musical,
y las especulaciones sobre la razón de su muerte seguirán por un rato. La
familia Jackson ha tomado el cuerpo del ícono para que se le realice una
segunda autopsia. La reacción de la farándula internacional ha sido muy
intensa, desde manifestaciones de dolor de todos los sectores hasta caídas por
depresión de su consorte putativa, Madonna. Nunca faltan los que toman la
coyuntura como el presidente de México Felipe Calderón, quien lo llamó, en
pocas palabras, drogadicto y vacío de valores.
Ahora que
el rey ha muerto, estoy seguro que no va a haber alguien con su talento y
estrella al menos por una década más, ni con sus escándalos y proyección
mediática. Me he encontrado con muchas cosas en la prensa, pero en lo
particular me gustó mucho la semblanza de Arno Burkholder en su blog CLIONAUTICA, en la que habla de él como reflejo de su sociedad tecnológica, la
cual utilizó para transformar su imagen a extremos insospechados antes (Es un
escrito muy breve, y muy recomendable).
Si bien,
en mi opinión personal, para ser una leyenda pop se deben combinar muchos
factores que no necesariamente tienen que ver siempre con el talento (los
ejemplos son muchos, como también las deliciosas y refrescantes excepciones),
el caso de Michael Jackson fue especial y paradigmático, no sólo porque le
sobraba el potencial artístico-musical (los videos, las presentaciones y los discos
hablan), sino porque también fue el ejemplo de un hombre que buscó
transformarse reflejando, no sé si conciente o inconcientemente, los vacíos y
las decadencias de una estrella pop ensimismada pero deseosa de vivir. Su
excentricidad me recuerda, por ejemplo, a la artista francesa Orlan, que
transformó su cara en numerosas ocasiones con cirugías estéticas cuestionando
el género femenino. No debió ser fácil ser el artista más importante de su
tiempo viéndolo de ese lado, ni lo será tampoco su muerte.
La vida y
la muerte de Michael Jackson fueron las de un bailarín que en la
oscuridad creaba un performance, en el cual escondía su malformidad de
Hombre Elefante, arrancándola de su piel, dejándola a la merced de los buitres
y de las moscas. Pero la música que suena (y canta) es "Billie Jean"
es "Beat It", es "Smooth Criminal"... Al fondo del
escenario, se contemplan tenuemente los rítmicos pasos de sus pies...
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