Tori Amos - A Sorta Fairytale

Por alguna razón, fiel a mi costumbre, hace algunos instantes, estaba pensando en Ella.

Estaba decepcionado porque no pude ver la lluvia de estrellas desde ninguna parte de mi casa. Me ahogué, literalmente hablando, en el vapor del gimnasio tras una extenuante sesión de pesas y un trabajo de cardio que me hizo sentir más pesado que de lo que me he estado sintiendo.

Regresé a mi casa más tarde de lo normal, y no encontré razón aparente más que el hábito para tomar la computadora y comenzar a navegar en la web-a mental que tenía. No tuve mucha gana de tomar la novela de 900 páginas de Haruki Murakami que comencé a leer la semana pasada (que de hecho parece estar demasiado buena), ni tampoco quise ponerme a leer algo para la tarea de la semana.

Fue entonces cuando su recuerdo borroso y tenue albergó mi pensamiento. Mi corazón no quiere tomar ese rol deseante y trascendente de buscar y encontrar la chispa de sus latidos, como si se negara a sentir sensación alguna, como si pensar en Ella fuese lo que más lo hace feliz. Cada día que pasa sin saltar hacia su mundo, pareciera que se aleja más de mis pensamientos...

En ese justo instante llegó a mi cabeza esa canción de Tori Amos del disco de "Scarlet's Walk". Recordé con especial atención el video de estas figuras extrañas (Adrian Brody y Tori misma) que al inicio son unos seres extraños hechos de cabeza y extremidad. La letra me confundé entre su misteriosa oscuridad y melancolía entremezclada con poderosos símbolos: Un gran amor terminado por la imposibilidad de ser perfecto, pero que deja un recuerdo imborrable que se lleva para siempre...

Pero nunca tuve la voluntad de dar ese "primer paso". Es claro que aún si pasa los años no podré olvidarla como persona, y que si eso llega a pasar, dejaré de ser coherente conmigo mismo, con mi forma de ser y con mis obsesiones. Aún deseo que ese idilio de oropel sea de verdad... y no una especie de cuento de hadas.