Esta vez no tengo ganas de hablar de nada...
Estoy cansado ya de todo lo que están sacando de la coladera de corruptelas alrededor del caso de Salvador Cabañas, aunque es bueno que su salud esté mejorando.
No me siento con los conocimientos suficientes para hablar de J. D. Salinger (1919 - 2010), ya que jamás he leído The Catcher in the Rye, y lo que conozco de él es de oídas o de lo que se ha mencionado en el periódico tras su deceso.
No me voy a poner de mal humor hablando del racista diputado perredista Ariel Gómez y sus descerebradas vociferaciones sobre los haitianos en desgracia. (Por el bien de tu partido, Chucho, córtalo...)
Tampoco los aturdiré quejándome de todo lo que tengo que hacer y he sido demasiado irresponsable dejándolo de lado a lo largo de estos días, ni del proyecto curatorial en el cual estoy inmerso y me tiene entusiasmado.
Finalmente, no tengo ganas de hablar de deportes, ni de la realidad del fútbol mexicano, ni de los sinodales para la Selección Mexicana, ni de por qué creo que Nueva Orleans ganará el Superbowl sobre Indianápolis dentro de una semana en Miami, ni de por qué no se debería descartar el hockey sobre hielo olímpico el próximo mes que se acerca entre las televisoras mexicanas.
No tengo ganas de hablar de nada, y he hablado ya de todo. Ojalá pudiera contarles mejores cosas, pero mi estado de ánimo no da para más...
La razón sigue siendo la misma que la de los últimos meses. Punto Final.
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