Se acerca el fin de año, y con él, un receso a la gran mayoría de las ligas de futbol del mundo. Este fin de semana deportivo se vio extendido por el partido de clubes más esperado del semestre: el duelo entre el FC Barcelona y el Real Madrid. Lo que en el papel parecía que iba a ser un duelo muy parejo acabó siendo una sinfonía llevada a cabo por el conjunto catalán.
El partido había sido calentado en semanas anteriores por las declaraciones del técnico blanco, José Mourinho, y por Cristiano Ronaldo, el más mediático de los jugadores madridistas. Pero en el Bello Deporte, se habla mejor sobre el rectángulo verde, como lo demostraron los jugadores culés a lo largo de 90 minutos.
El Camp Nou, engalanado para celebrar 111 años del club blaugrana, se convirtió desde los primeros quince minutos en el peor de los suplicios para los capitalinos, pues tenían ya dos goles en sus rostros. Un toque de derecha suave y elegante de Xavi Hernández, a pase de Iniesta, premio a la constancia de uno de los mejores medios de la historia, abrió el marcador. Más tarde, una colada por izquierda de David Villa, tras atajada de Casillas, se rebotó en la humanidad de Pedro, quien empujó con portería abierta el segundo de la tarde. La respuesta de los merengues fue raquítica, extrañaron a Gonzalo Higuaín, Karim Benzema destila pena ajena, Cristiano quiso hacer diferencia con los puños y no con los pies. Mezut Özil y Ángel di María desaparecieron y Xavi Alonso no pudo solo con el soporte de una media cancha debilitada.
El Barça atacaba sin parar, pleno de ideas, lúcido y travieso a la vez. Así se fueron al descanso, lugar donde ni José Mourinho pudo detener la fuga que tenía la tubería de su equipo. Quiso recordar sus años en el Inter, metiendo a un devaluado Lassana Diarra por el inexistente Özil. Pero nada se puede hacer ante la desesperación de un equipo superado en todas las líneas. Lionel Messi fue mago e ingeniero de la victoria, sin repartir demasiadas gambetas tendió dos puentes espectaculares para un David Villa que nunca se notó ansioso, pero sí filoso frente a la red. Iker Casillas nada pudo hacer ante la ineficiencia de su corroída defensiva, la cual comenzaba a recurrir más a la leña que a las plumas.
Al envejecer la noche catalana, todo era baile y cochino en el Camp Nou. Los azulgranas no se cansaban de intentar, mientras los blancos buscaban ablandar las piernas de sus rivales. Lamentable la explosión de Sergio Ramos, quien tras vacunar al imparable Messi, tuvo el cinismo de mandar al suelo a Carles Puyol en desesperación. Ni la regadera más fría podía frenar su fiebre de impotencia. Lo pasado después sólo redondeó la obra, los recién ingresados se hicieron presentes con un gol: Bojan escapó por derecha, y con una diagonal contactó a Jeffren, quien dio sello a esa masacre.
Infame 5-0, corto para lo que se vio en el partido: el paseo más vergonzoso para un equipo de José Mourinho, un muy doloroso stop para el Real Madrid, el liderato de La Liga para el Barça y una exhibición del que debe ser el mejor equipo de futbol sobre la tierra en la actualidad. La nobleza de Guardiola, la negación de Mourinho y el silencio de los jugadores blancos fueron buenas impresiones de lo ocurrido en el Camp Nou. Falta mucha Liga, y pese a que el Barcelona ha tomado ya la punta, cualquier cosa puede suceder en lo que será otra persecusión furiosa de parte del Madrid.
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En unas cuantas horas, comenzará el primero de dos capítulos de la Final del Futbol Mexicano en su edición Apertura 2010. Los finalistas no podían ser más prometedores: Santos, equipo subcampeón del año pasado, con sus poderosos atacantes morenos (el colombiano Darwin Quintero y el ecuatoriano Christian Benítez) al mando de un enorme arsenal ofensivo, se enfrentará al Monterrey, equipo especialista en el orden defensivo y en el contragolpe.
Los laguneros tuvieron en semifinales como rival al América, equipo que tuvo un torneo lleno de altibajos y que aún no encuentra una identidad entre sus billetazos estratosféricos. Santos ganó la ida en el Azteca (1-2) con un chispazo de Benítez, pero en la vuelta (3-3) sufrió las consecuencias de un partido extraño lleno de errores defensivos y rico en voluntad ofensiva. En un momento pareció que las águilas podrían remontar la serie, pero los de Torreón respondieron a tiempo antes de verlos crecer. Los verdiblancos deberán mejorar en defensa y no rendir espacios en la media cancha si quieren alzar la copa en este semestre.
Por su parte, los rayados aplicaron el caparazón en la ida en Ciudad Universitaria (0-0) ante un voluntarioso e inspirado, pero chato Pumas. La vuelta (2-0) fue del mismo tenor, con la diferencia de que la serie parecía abierta para cualquiera, pero el contragolpe regio definió la balanza. Primero, un rompimiento frente al portero Sergio Bernal de parte de Humberto Suazo en los últimos minutos regresó el aliento al Estadio Tecnológico. Finalmente, Neri Cardozo aceleró por banda izquierda ante un veterano y cansado Leandro Augusto. El argentino siguió la jugada y encontró el balón a la deriva para empujarlo con violencia a la red. Ahora, los de Monterrey deberán conseguir un buen resultado en el Territorio Santos Modelo y aprovechar su localía en la vuelta para poder aspirar al campeonato.
Y si de pronósticos se trata, yo voy con Santos para Campeón del Futbol Mexicano este semestre.
Adios!!! (Esperemos que el escándalo de WikiLeaks y el joven armado de Wisconsin no lleguen a consecuencias lamentables).
*Créditos Fotográficos: EFE y Mexsport a través de mediotiempo.com
*Créditos Fotográficos: EFE y Mexsport a través de mediotiempo.com
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