Una imagen de la catástrofe en Japón (AP) |
Por principio de cuentas, me gustaría expresar mi admiración y mi solidaridad hacia el pueblo japonés por todo lo que han estado pasando en estos días. Era el viernes por la madrugada aquí en México cuando ocurrieron estos sucesos lamentables que perjudicaron gravemente a este país, terminando con más de 3700 vidas (al día 16) y manteniendo a muchísimas más como desaparecidas.
(Por motivos de salud, y siempre pensando en que muchos sucesos alrededor siguen ocurriendo, he escrito esta entrada hasta hoy).
Habían pasado muy pocos días desde lo del terremoto en Christchurch, en Nueva Zelanda, cuando este nuevo siniestro nos sorprendió a todos por completo. Estamos hablando, por su potencia sísmica, del quinto terremoto más poderoso desde que se tienen registros sísmicos, y el más poderoso que ha sacudido a la nación nipona, provocando incendios, tsunami, destruyendo infraestructura y poniendo en riesgo el territorio alrededor de una planta nuclear.
Tan poderoso fue el terremoto que los efectos llegaron incluso a diferentes países del Océano Pacífico, incluyendo México, en donde se hicieron contingencias ante amenazas de tsunami por efecto del movimiento telúrico. Los estragos han sido vividos en diferentes partes de los Estados Unidos.
Las imágenes que nos han llegado por vía de la NHK y diferentes medios internacionales son bastante fuertes, pues todas las islas que conforman su territorio se vieron afectadas. Entre embarcaciones y transportes volteados, casas totalmente destruidas, incendios con enormes nubes negras y un muy grave estado sanitario. Incluso, se ha hablado de diferentes personajes célebres de los cuales se desconocía su paradero, y sobre los cuales había una enorme consternación.
Como si esto no fuera lo suficientemente grave y lamentable, también existe una amenaza nuclear que, según los expertos, podría ser la peor de la historia de la humanidad desde Chernobyl, Ucrania. Se trata de la Planta Nuclear Número 1 de la Prefectura de Fukushima, en la cual está fallando el sistema de enfriamiento encargado de mantener la temperatura del núcleo del reactor, lo cual podría derivar en la tan temida fusión del mismo, lo cual contaminaría la destrucción del reactor y la contaminación de la zona.
Se trataría, en caso de concretarse, del primer accidente de este tipo en el siglo XXI, algo que no ocurría desde lo ocurrido en Ucrania en 1986. Afortunadamente, toda la zona ha sido ya evacuada. De acuerdo con las autoridades japonesas, es altamente probable que esto ocurra en algún momento. Es una lástima que un país que ya ha sufrido dos bombas nucleares se encuentre de nueva cuenta ante una amenaza de este tipo.
Es necesario rezar para que los japoneses encuentren las fuerzas para reponerse de esta catástrofe, la cual les va a costar mucha energía y costos. Si saben de alguna manera de apoyar, por favor háganla saber. No será nada extraño que el pueblo nipón resurja, tarde o temprano, como el Sol Naciente de su bandera, de esta tan precaria situación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son muy importantes. Recuerda que los arcángeles siempre te escucharán. Déjame tus comentarios. Yo siempre contesto...