Taner Ceylan (Estambul, 1967) Detalle de "Cage of Flesh" (2012) Óleo sobre tela, 180 x 160 cm Colección Privada |
El aroma de la bergamota y el jazmín invade mi cabeza cuando pienso en ella, caminando por alguna calle de la ciudad, capturando los rayos de un mediodía despejado, con libros de Fredric Jameson y Judith Halberstam guardados en su bolso. El castaño cenizo de sus cabellos vertiendo su gracia entre el caos de las multitudes, deteniendo los dramas cromáticos de la luz entre sus ojos zarcos, rompiendo los misterios del espacio con el ladeo de su cabeza y marcando para siempre las rutas del destino con la solvencia de sus pasos.
Hoy, la mujer de los ojos zarcos va en camino hacia su estado más natural, el del movimiento geográfico e intelectual constante a través de calles desconocidas en rincones lejanos más allá de mi imaginación. Desearle lo mejor es pleonasmo inútil, ocurrirá lo que ella ha querido en los últimos meses, trasladar su melancolía hacia un nuevo rumbo de alegrías y satisfacciones. Sin embargo, me inquieta que, como en su última ausencia, se vuelva a entrometer en el curso incontrolable de mis sueños, me inquieta que su extrañamiento vuelva necesaria a una persona como ella en mi vida, me inquieta echarla de menos y no saber nada sobre ella.
En la novela, voy a mandar a un personaje de viaje, y éste regresará del mismo con un olvido saldado y con una relación que terminará por darle un aprendizaje doloroso. De nueva cuenta, he dejado que se deslicen en mi novela una serie de eventos que ocurren en las personas a mi alrededor; yo sé que a nadie le importa y que estoy siendo muy indiscreto, pero todo esto tiene que ver con mis deseos, aunque esté tratando de suprimirlos en forma de novela rosa. La ausencia de emociones propias y aprendizajes frescos me comienza a pasar factura.
Ella partió una vez más de mi vida con una flor de futuro entre sus manos y una mandala de sueños nuevos embelleciéndola aún más. Por ahora, sólo me queda pensarla lo menos posible y pedirle al destino que la mantenga alejada de mis sueños por mi sanidad mental.
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