marzo 02, 2013

Elba Ndazo

Ahí yace la Guerrera (AP Photo)

LA QUE SE MUEVE NO SALE EN LA FOTO

La noticia nos tomó por sorpresa a todos, hasta a los más escépticos; el pasado martes 26 de este mes, elementos de la Procuraduría General de la República detuvieron en el Aeropuerto Internacional de Toluca a la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, quien acababa de llegar de uno de sus acostumbrados viajes a San Diego, California. Mediante una orden de aprehensión donde es acusada del desvío de 2600 millones de pesos del presupuesto magisterial movidos entre 2008 y 2012 a cuentas personales y empresas fantasma, la otrora intocable lidereza fue capturada y trasladada al penal de Santa Martha Acatitla.

Siendo rígidos con los procedimientos, la detención de Gordillo fue realizada con todas las de la ley; lo que resulta sospechoso y muy visible al mismo tiempo fue el momento en el cual se realizó este movimiento, en un instante político rico para especular y fértil para decisiones radicales. La imagen de la maestra Elba Esther en el imaginario político promedio del mexicano informado es el del ícono por excelencia de la corrupción en nuestro país, la abeja reina viciada por el poder que mueve a placer los hilos de la vida pública mexicana; la mujer que parecía inalcanzable para las garras de la justicia fue por fin detenida sin derecho a fianza y duerme en prisión.

Antes de echar las campanas al vuelo y/o ponerse a conspirar, debemos hacernos la pregunta básica: ¿por qué aprendieron a Gordillo (justo ahora)? Al parecer todos conocemos las razones que se han acumulado en el archivo muerto por 24 años de esta mujer al frente del sindicato de maestros, pero resulta cuestionable que la mecha se haya encendido hasta ahora. En política, no hay pasos sin huarache y la visión de la justicia puede ser pervertida por manos truculentas; hagamos un recuento de daños para encontrar la explicación.

Elba Esther antes del bisturí (Archivo El Universal)

UN POQUITO DE HISTORIA: EL "YA LLEGUÉ" Y EL "AHORA MANDO YO"

En la historia del presidencialismo de corte priísta de los últimos años, existe un momento en el cual el primer mandatario impone su poder mediante un gran giro de timón, una gran llamada de atención para los demás poderes de que él es el nuevo hombre al mando y de que ha llegado para tomar el control. Desde que Lázaro Cárdenas mandó al exilio a Plutarco Elías Calles, pasando por el arresto de Joaquín Hernández Galicia por órdenes de Carlos Salinas de Gortari, la captura de Raúl Salinas por Ernesto Zedillo y la guerra de Felipe Calderón, esta clase de arrebatos ayudan a los primeros mandatarios entrantes a ampliar su poder y a presentarse en sociedad.

Dos cosas importantes llevan a realizar esta clase de movimientos: la necesidad de ampliar el panorama de gobierno y el sometimiento de los demás poderes, fácticos y de gobierno, legales e ilegales; es necesario dejar algo claro, como dicen los americanos: There's a new Sheriff in town. La captura de Elba Esther Gordillo entra como anillo al dedo a Enrique Peña Nieto, de quien se tienen altas expectativas por ser el rostro del nuevo gobierno que regresó al Tricolor a Los Pinos; había que ampliar las señales de tránsito para que todo mundo las vea, y en tiempos en los cuales los satélites corporativos alrededor del gobierno amasan cantidades de poder estrafalarias que manejan a placer, un "magnicidio simbólico" es el mejor de los recursos.

Carlos Jongitud: el cacique desplazado (José Núñez / La Jornada)

¿NUEVO "QUINAZO" O VIENTOS DE CAMBIO?: HACIA UNA REALPOLITIK

En las redes sociales y en la lengua viva de las calles, la gente ha estado hablando de un "Quinazo", en referencia a la detención que hace 24 años realizara el presidente Salinas contra el líder del Sindicato Petrolero, Joaquín Hernández Galicia, alias "La Quina", quien había manifestado meses antes que apoyaría la candidatura del abanderado de las izquierdas, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en las infames y polémicas elecciones de 1988. Sin embargo, es aún incierto si el movimiento será completo o quedará a la mitad, pero para saber de qué estoy hablando, debemos mencionar qué se debe entender por "Quinazo".

Cuando "la Quina" fue arrestada (?), Salinas debió imponer a un nuevo líder, más dócil para sus intereses, siendo elegido el que al día de hoy es el mandamás de esta asociación, Carlos Romero Deschamps. No se podrá hablar de un "Quinazo" hasta que entendamos qué postura tendrá el nuevo líder magisterial, elegido hace unos días por el SNTE, el brazo derecho y protégé de Gordillo, Juan Díaz de la Torre. En este momento no queda duda alguna de que Díaz buscará (por el momento) aliarse con Peña Nieto para conservar el fastuoso capital político de su gremio, que incluye 4% de "voto duro", un partido político, la asociación de trabajadores más grande del país y la enorme influencia que ejerce en cada uno de sus rincones.

¿Habrá nueva apertura democrática en la vida interna del SNTE? Eso está por verse, aunque la oscuridad que impera en los sindicatos de extracción priísta no permitirá observarlo hasta que la mesa esté puesta, lo cual significa que será muy difícil que suceda; será cuestión de tiempos para saber si Díaz preservará el poder y los cacicazgos de su gremio o si realmente habrá cambios dentro de esta corporación.

Emilio Chuayffet: el ejecutor (Archivo El Universal)

LA REFORMA EDUCATIVA: EL JAQUE MATE DE CHUAYFFET

Un poquito más de historia de México: cuando Salinas entró al poder, y tras haber concretado el golpe contra "la Quina", ordenó a su Secretario de Educación Pública, Manuel Bartlett Díaz, que llamara a Carlos Jongitud Barrios para obligarlo a renunciar al liderazgo moral del SNTE, a quien sustituirían con la profesora Elba Esther; se dice que el líder desplazado dijo algo parecido a un "Pinche vieja traicionera". Aprovechando un movimiento de profesores disidentes que estaba ocurriendo en ese momento como perfecta coartada, Jongitud fue echado por el gobierno federal por la puerta de atrás. Veinticuatro años tuvieron que pasar para que aquella vieja traicionera sufriera lo mismo.

Con bombo y platillo, el gobierno de Peña Nieto ha anunciado su Reforma Educativa, parte esencial de su tan mentado "Pacto por México", una jugada que si es bien realizada podrá ser una gran herencia para el país, pero que no queda exenta de pretenciones; desde la asignación de Emilio Chuayffet Chemor, un viejo lobo de mar del Grupo Atlacomulco, como Secretario de Educación Pública, se insinuaba que EPN había declarado la guerra a Gordillo y que ésta tendría problemas para subsistir. Había que eliminar las presiones de las ONG's, había que dar un giro de timón a uno de los problemas más importantes que enfrenta el país desde hace muchos años; la Profesora estaba demasiado reaccionaria, sus últimas entrevistas lo dejaban ver y un posible paro magisterial se asomaba en el horizonte. Había que quitar las trabas como fuera, el corte fue brutal e inesperado, pero la rabia, les advierto, aún no ha muerto.

Carlos Romero Deschamps: la carta marcada (Cuartoscuro)

A CALLAR Y OBEDECER: LOS CHARROS QUE SÍ SE CUADRARON

La Reforma Educativa fue promulgada poco tiempo antes de la detención, aunque no debemos olvidar que también ocurrió otro evento significativo. EPN se reunió con la Confederación de Trabajadores de México para renovar los viejos votos corporativos que tanta cohesión daban al "viejo PRI"; el octogenario Joaquín Gamboa Pascoe y su enorme conjunto de sindicatos rindieron armas ante su nuevo líder al a vieja usanza, con los viejos símbolos del movimiento obrero, a la vieja manera de Fidel Velázquez.

Elba Esther era la rebelde que se rindió sin condiciones ante los dos sexenios del PAN, la aliada incondicional de Vicente Fox, la gran desertora del PRI que llevó a aquel partido hacia la peor derrota de su historia en 2006, cuando dio su músculo para el triunfo de Felipe Calderón; tenía que pagar sus injurias, el día de cobro fue el pasado martes. Persistirán los líderes que sí se cuadraron, los que cerraron filas durante la campaña y que van a mantener sus fueros gracias a su fidelidad. El hombre que heredará el puesto vacante como símbolo de la corrupción sindical se llama Carlos Romero Deschamps, el líder que selló hace 24 años el "Quinazo" original; mientras Gordillo está presa, su hijo estrena un Ferrari y los bulldogs de su hija viajan por el mundo entre lujos y bolsas Louis Vuitton. Como él hay muchos más, de perfiles más bajos pero con la misma reputación cuestionable.

Ojalá que la detención de Elba Esther Gordillo significara más cosas buenas que malas para el futuro inmediato del país, pero la política no suele trabajar a partir de optimismos absolutos, los precios que se pagan en ese juego siempre son muy altos. La historia y la sociedad han juzgado ya a la Maestra, ahora es cuestión de que el devenir del futuro haga su parte.

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