agosto 20, 2013

Yo Confieso... #13 / Momento Photo Booth #13: 25 años


Hoy cumplí veinticinco años de edad. Un cuarto de siglo, cinco lustros, más de nueve mil días. Pensar que aún tengo la vida por delante me agobia y me emociona a la vez.

Este martes comenzó lloviendo en la parte de la ciudad donde vivo. Pareciera que el cielo esperó a que dieran las 12 de la noche para derramarse sobre las piedras y el pavimento como un gran cántaro de agua. Fue una noche llena de nervio e insomnio, tenía un compromiso muy importante por la mañana y no quería llegar tarde al mismo. De regalo de cumpleaños, el destino me dio una entrevista de trabajo; me fue muy bien, ojalá me den la oportunidad de mostrar de lo que estoy hecho.

*****

Muchas cosas que hacen a la vida digna y hermosa me pasaron en unas cuantas horas. Aquellas señales habían comenzado al despertar, los primeros mensajes de felicitación en Facebook, un tuit de mi papá deseándome lo mejor para ese día y una conversación de Whatsapp, ultrasonido de seis meses de embarazo incluido, con mi mejor amiga M. S. M. Salí con tiempo hacia mi destino, decidido a ponérsela difícil a mis entrevistadores; jamás había querido algo con tanta fuerza, este trabajo es la oportunidad que he deseado desde hace mucho tiempo. Por supuesto, los nervios me jugaban malas pasadas, pero supe lidiar con ellos y sacarles juego; que suceda lo que tenga que pasar y que Dios reparta suerte.

Después de un agradable sabor de boca post-entrevista, sentí la necesidad de caminar sin rumbo, de dar vueltas en círculos hasta encontrar una boca de metro o una parada de autobús mientras fumaba un H. Upmann con la tranquilidad de quien ha encontrado la isla de su tesoro y se dispone a excavar para tomarlo. Caminando por un paso cebra, el sol se mostró contra pronóstico por un par de minutos; no todo podía ser nubes grises en un día como el de hoy. En una librería me encontré con uno de los libros que puse en la wishlist que les compartí hace una semana; se trataba de uno de los que creía inconseguibles, "Beloved" de Toni Morrison. Tuve sed, el sabor de aquella Coca-Cola fue más refrescante de lo que esperaba, como si mis sentidos se hubieran dilatado sin provocación aparente. Antes de emprender el regreso a casa, una pareja de extranjeros me preguntó por la manera de llegar a un museo de la zona; por supuesto, sabía perfectamente la respuesta.

Mientras recorría el subsuelo en el Metro, observaba mi reflejo sobre los vidrios evanescentes del tren en el que estaba. Queda muy poco del niño que fue, quizás sólo la necesidad de ser querido y de llamar la atención, también queda la timidez y la necesidad de dar más de lo que tengo a quien me lo pida. Antes de transbordar, los trenes se sacudieron como si hubieran pasado por los vibradores de una carretera; la sensación fue incómoda, pero me despertó de la inútil introspección en la que me había metido. Apenas y recuerdo detalles del camino hacia la otra línea, un hombre barbudo vendiendo agua embotellada, un merolico con sus bocinas vendiendo discos piratas, un bostezo reprimido en el andén. Llegué a casa en menos tiempo del esperado, sólo hubo un embotellamiento en una estación de correspondencia; incluso tuve la oportunidad de sentarme en la parte final de mi viaje.

Por supuesto, en casa prepararon mole verde para la comida, un favorito de un servidor.

*****

Cuando ponga el punto final en esta entrada, iré a prender una vela para la Santísima Trinidad y rezaré mis oraciones, como mi abuela me acostumbró; hay mucho que agradecer entre lo que ocurrió a lo largo de los últimos 365 días. Me darán respuesta de la entrevista antes del viernes, ahora mismo estoy en manos del sino; ojalá tenga la oportunidad de construir un camino que parta desde este momento, desde esta circunstancia mía que desea convertirse en una realidad para muchas personas más.

Por ahora, los dejo con el regalo que me hizo mi estimado colega J.A.F., un jam session de Wynton Marsalis y Marcus Roberts durante un cumpleaños del segundo. En el fondo de mi corazón, deseo que éste sea el annus mirabilis de mi existencia. Como me gusta decir, ojalá que el destino conspire.

2 comentarios:

  1. ¡Felicidades y suerte con la entrevista!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Violeta. Me da gusto verte por acá, gracias por leer. Te mando un abrazo...

      Eliminar

Tus comentarios son muy importantes. Recuerda que los arcángeles siempre te escucharán. Déjame tus comentarios. Yo siempre contesto...