Esta semana, he estado enfermo, al grado de que por momentos he perdido mi voz debido a la terrible inflamación de mi garganta. También pensé en que podía tener influenza, enfermedad que recobra su fuerza en la Ciudad de México. Afortunadamente, nada de eso ha pasado: Ni tengo fiebre ni dolor de cabeza recurrente.
Encuentro la universidad algo tensa en estos días, quizá por la carga de trabajo que empieza a acumularse. Me desahogo de vez en cuando, aunque esta tos no me deja ganas de nada. Debo comenzar a acelerar para no tener de qué preocuparme en las próximas semanas.
He dejado de azotarme con rollos existenciales por ahora, y el libro de Murakami que estaba leyendo ha vuelto a avanzar entre mis manos. Quisiera hacer todas esas cosas que he dejado de lado en estos días, el momento es ahora... (me recuerda a una canción).
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