Me cuesta trabajo aceptar que los seres humanos, a diferencia de otros seres vivos, tenemos derecho a equivocarnos. Un animal no tiene raciocinio, por lo cual no ha de tomar decisiones más allá de lo que le indique el instinto; un hombre piensa, planifica, toma decisiones, teniendo errores y aciertos en el camino.
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(No puedo creer que también me haya olvidado de esta canción... Supongo que Joss ha llegado a mi auxilio cuando más lo necesitaba. La canción está cortada en la parte final, pero es lo mejor que hay en Youtube).
Esta entrada es también en gran parte de mi Domina, M.S.M., con quien he estado chateando la última hora. Estábamos hablando de mi hermana, quien hasta antes de hablar con ella tenía dudas sobre una relación sin compromisos. Como hermano mayor, me da pendiente qué pueda pasar, pero M. me dijo que simplemente tenía que aconsejarle que se cuidara y que debía dejarla hacer lo que deseara con su vida.
Sin duda, yo también me vi reflejado en el tema; uno de mis mayores temores es el de equivocarme. Normalmente, cuando una persona planea cualquier proyecto, lo desarrolla en su mente de forma perfecta; las cosas tienen que suceder así, a tal tiempo. Nunca tenemos contemplado, al menos en ese momento, que algo salga mal.
En la práctica, las equivocaciones son el pan de cada uno de los días de todos los seres humanos; tenía en la preparatoria una maestra de francés que nos insistía que las dudas o los errores son oportunidades para aprender. Se me ha olvidado, llámenlo soberbia si así lo desean, que aprender tiene que ver directamente con el ensayo y el error.
Algo me ha quedado claro, que mi miedo a los tropiezos se debe en gran parte a mi temor a tomar decisiones importantes. Expandirse en el mundo, vivir en forma, tiene que ver con tomar caminos, los cuales no son siempre los óptimos. Cuando la equivocación se consuma, surge un momento ideal para la reinvención de la persona y replantear el proyecto de vida; esta vez no haré esto o lo reintentaré de otra forma, buscaré reforzar esta parte de mi forma de ser y haré un esfuerzo por corregir tal defecto.
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Palabras más, palabras menos. El consejo de mi Domina se resume en lo siguiente: DEJAR LA VIDA CORRER; con sus accidentes y cumbres, esperando cualquier reto que se ponga frente a uno. La vida en sí misma es bastante bonita pese a todo lo que afecta a las personas en sus contextos particulares: el país donde se vive, las personas con las que se convive, las rutinas y las incomodidades. Se trata de darle por su lado a lo que no es tan importante como el simple hecho de disfrutar la existencia y las experiencias.
"Equivocarse es un deporte" fue la última frase de mi Domina antes de despedirse en el Twitter. La vida se trata de sortear los retos y de ser feliz...
que guay!!!!
ResponderEliminarme encanta =D
un besote gigante
xxx
Gracias por comentar Silvia... Besos para tí...
ResponderEliminarNo equivocarse puede ser ya un error, cuidado.
ResponderEliminarErrar es lo de menos, son como los centavos de los empresarios, es que uno siempre comete errores y sí, de todos se eprenden -de hasta los fatales aún con su "ya para qué"-. Equivocarse es la conciencia de los errores, se tiene antes o después, más agria cuando es antes porque va con el "temor a".
Quizá la mayor preocupación es el fracaso, pero esa palabra es malentendida. La invalidez del ser no es acorde a sus errores ni a sus fracasos ni a sus equivocaciones, propongo que lo interesante sea la trascendencia.
Hay muchas citas sobre el fracaso, ni sé si recomendarte alguna, ya has de haber escuchado algunas más.
Hola Haikú, y de nuevo gracias por tu comentario...
ResponderEliminarTienes razón, quizás mi miedo a equivocarme esté siendo confundido con un miedo al fracaso, una palabra que de hecho es ya muy fuerte y lapidaria en los oídos de mucha gente.
Samuel Beckett menciona algo así como "fracasa otra vez, fracasa mejor"... tu frase de "existir es insistir" me sigue enseñando muchas cosas nuevas, o mejor dicho, me sigue dando respuestas a preguntas que parecieran ser difíciles de contestar.
Trascendencia... Ésa también es una palabra muy grande a la cual todos aspiramos pero que pocos siquiera entendemos. Buscar ir más allá de la inmanencia a una época o grupo social es un proyecto ambicioso que siempre vale la pena emprender. La cosa, de nuevo, es buscar los caminos o trazarlos...
tu historia es como la mía en el mundo paralelo . . .
ResponderEliminarpero me descansa leerte y recordar tal como tú lo haces, que equivocarse, reinventa nuestras vidas y con suerte a nosotros mismos
Saludos
Gracias por tu comentario Qymera... Me alegra que mi historia haya tocado la tuya... Te mando un abrazo...
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