Diez días han pasado desde las elecciones en México, y pese a que el retorno del PRI al gobierno parece inminente, la gente sigue manifestándose en las calles de las principales ciudades de esta nación. Desde Tijuana hasta Chetumal, el reclamo de muchos sectores de la población es el de limpiar una elección sobre la cual están circulando muchos demonios e irregularidades. Entre elecciones inequitativas, bodas de oropel, tarjetas de supermercado, locos con pistola y demás cositas hediondas, la población pide un país mejor: volcada en las plazas, caminando las avenidas, apretando los puños y gritando consignas.
Haciendo semblanza mientras observo hacia la caldera social en la cual se convirtió México en los últimos 10 días, me he refugiado en la música, la literatura y el arte, elocuentes confidentes de mi vida neurótica y mi forma de ver el mundo; durante la noche del pasado sábado 7, me vino a la cabeza la necesidad de escuchar un disco que me acercara hacia las personas que están ahí, haciendo sentir su presencia ante la opresión. La elección no fue difícil, tenía que acercarme a las canciones de uno de los compositores más importantes que ha dado América Latina en los últimos cincuenta años, una de las joyas clásicas de la Nueva Trova Cubana de los años 60's; me refiero a Silvio Rodríguez, cuyo disco Al Final de Este Viaje [1968 - 1970] (1978) analizaré en la cuarta entrega de este Top 20 Albums en Español.
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El contexto de este álbum ocurre en la joven Cuba revolucionaria, no la de hoy en día con su burocratismo, su desigualdad y su excesiva paranoia discursista; me refiero a la Cuba de los primeros 20 años de revolución, la "Cuba que pudo ser" la vanguardia más depurada del socialismo; la que se impuso ante todo los objetivos de justicia social, la que erradicó el analfabetismo y buscó tierra y seguridad social para todos, pese a los ataques de Estados Unidos, a las luchas de poder internas y a la precariedad del incipiente gobierno. Aquellos avances fueron llevados a cabo a todos los rincones de la isla por una generación de jóvenes que, insuflados por el optimismo de tiempos mejores y por el deseo de formar parte de una "revolución sin armas", ejecutaron de manera excepcional los ideales del entonces brazo derecho de Fidel Castro, el Che Guevara.
Entre ellos estaba un joven llamado Silvio Rodríguez Domínguez, nacido en 1946 en San Antonio de los Baños, al sureste de La Habana; un hombre que creció en los tiempos de la dictadura de Fulgencio Batista, caracterizada por ser un enorme crisol de corrupción auspiciado por el gobierno estadounidense. La juventud lo agarró en los tiempos de esas grandes cruzadas culturales de la revolución triunfante, en las cuales participó como alfabetizador; durante su servicio militar, aprendió a componer y a tocar la guitarra, el cañón de futuro con la cual pelearía contra los canallas. Durante un viaje a Cabo Verde y Senegal en un barco astillero, el Playa Girón, grabó sus primeras maquetas en una grabadora que le habían regalado.
Hacia finales de los 60's, Silvio ya había conocido a Pablo Milanés, Vicente Feliú y Noel Nicola, los cantautores con los que fundaría la Nueva Trova Cubana, la cual buscaba ser una renovación de la música popular de su país, cuyo principal antecedente musical era el bolero conocido como feeling. La isla estaba en un proceso de búsqueda de una identidad estética propia en todas las artes, que quería alejarse y se sincretizaba a la vez con lo que se filtraba de Estados Unidos; fue la época de fundación de la Casa de las Américas (1960) y del organo gubernamental para la creación cinematográfica, el ICAIC (1959), que en conjunción formarían el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI), dirigido por el compositor Leo Brouwer.
El GESI dejó una impronta profundísima en la historia de la música y el cine de Cuba, ya que las composiciones que de él emanaron se utilizaron en documentales cinematográficos y terminaron por configurar la Nueva Trova Cubana; Silvio Rodríguez participó con muchas composiciones, las cuales le permitieron participar en varios festivales de música del segundo y el tercer mundo. Al terminar el GESI, comenzó a hacer giras y a grabar el que sería su primer disco oficial, Días y Flores (1975); un año después de ese lanzamiento, se unió a las Brigadas Internacionalistas para pelear en la Guerra Civil de Ángola, en donde vio acción en el frente de batalla.
En noviembre de 1975, había muerto Francisco Franco, el Generalísimo que gobernó España durante casi 40 años; el nuevo Estado de transición hispánico permitió que hubiera mayor apertura crítica y cultural, razón por la cual Silvio logró tener presentaciones en ese país después de su experiencia bélica. En Madrid, Silvio grabó para la disquera Fonomusic un álbum compilatorio de sus mejores temas compuestos entre 1968 y 1970, los cuales interpretó sólo con su guitarra. Hoy podemos reconocer ese trabajo como la parte medular del catálogo de este magnífico cantautor: Al Final de Este Viaje.
La primera canción del disco es la "Canción del Elegido", una de las más reconocibles de su repertorio; se cuenta la historia épica de un ser fuera de lo común, que como un Ulises cósmico viaja por el universo en búsqueda de un ideal al cual encomendarse. Este "elegido", cuyo nombre no se menciona, conocería las banalidades, las rechazaría y las cambiaría por la Tierra, donde sería visto por última vez luchando contra las injusticias. "La Familia, la Propiedad Privada y el Amor" es un tema más crudo y amargo, el cual relata una historia de amor que se ve obstaculizado por los convencionalismos sociales y religiosos de la sociedad cubana; Silvio invoca con pesar la cobardía de aquella mujer que prefirió acomodarse en el abolengo del dinero y el compromiso que salir corriendo hacia el amor verdadero.
El tercer tema ha valido para miles de litros de tinta y para las notas de millones de guitarras en manos hispanohablantes. "Ojalá" es el poema - canción por excelencia de Silvio Rodríguez, una de las canciones más emblemáticas de la música popular latinoamericana, uno de los temas de añoranza al amor más hermosos que se hayan escrito. Aquí, Silvio entra en un ciclo de olvido a un amor obsesivo y no consumado, el que sintió por su primer amor, una excepcional mujer cubana llamada Emilia; el insistente ojalá de Silvio desgrana metáforas de amor, los ahuyenta como si de fantasmas en su cabeza se tratara. El verso "a tu viejo gobierno de difuntos y flores" pervive en el misterio, expuesto a anacronismos interpretativos, como un secreto de amantes que nunca se contó.
"La Era Está Pariendo Un Corazón" fue compuesta por Silvio al enterarse de la muerte del Che, la cual lo afligió sobremanera. Hay dos momentos en esta composición, el momento de duelo en el cual el autor se discute entre el llanto y la risa, sólo para darse cuenta que la tierra llora como él; la "era" es el futuro en constante gestación, deseoso de que se cure su dolor, el cual sólo puede ser aliviado por las personas preocupadas por el porvenir de sus semejantes. Más que una elegía, es una canción que llama a la lucha de los ideales y del bien común, como lo hiciera Ernesto Guevara en su momento histórico específico.
El quinto corte es "Resumen de Noticias", una canción que le da voz a la ideología a través de la poesía de Silvio; es una declaración de principios y un manifiesto estético a la vez, dirigido tanto a amigos y enemigos. A continuación está "Debo Partirme en Dos", una divertida e ingeniosa carta a los que cuestionan la estética de su música. Silvio declara que "debe partirse en dos" para satisfacer a sus críticos y a su interés de hacer revolución con sus letras; contrastado con un cursi estribillo "te quiero mi amor / no me dejes sólo / no puedo estar sin ti / mira que yo lloro", presenta sus valores estéticos: música guerrillera con temas sociales y sin frivolidad. A Silvio le importa poco lo que digan, lo que quiere es seguir cantando.
El séptimo track del disco es "Óleo de Mujer con Sombrero", un complejo tema que habla sobre una mujer a la cual Silvio quiso amar pero que se acobardó y terminó huyendo; el tema condena a los amores que no se consuman por la indecisión de una de sus partes. Los versos de esta composición parecen describir la lectura formal de alguna pintura que recuerda a las composiciones espirales de Marc Chagall; las palabras de Silvio dan la sensación de un plano que trata de representar todas esas escenas y elementos de forma sintética, iluminados por el color de su guitarra y su voz.
En octavo lugar, está "Aunque No Esté de Moda", la cual describe lo que parece ser un acto sexual marcado por el ardor del hombre y la timidez exacerbada de la mujer; Silvio propone a su amante un juego amoroso diferente a los que "están de moda", un juego que teme a ser descubierto por un tercero: un juego donde reinen las palabras, el misterio, el tacto, el cariño y la sinceridad sean protagonistas, donde el cuerpo de la amada se convierta en el lugar donde el amante descubra una nueva dimensión de sí mismo.
El noveno corte de este álbum es "Qué Se Puede Hacer con el Amor", donde Silvio describe el devenir de una pareja que en su acto de amor desvela convencionalismos sociales, dogmas religiosos y distancias geográficas, donde prevalecerá siempre el amor como fuerza vital y suprema en la vida de las personas. Por último, el tema homónimo "Al Final de Este Viaje en la Vida" lleva a buen puerto un álbum excepcional y redondo; esta canción enumera todo lo que podría esperar después de la muerte: trascendencia, amor eterno, vida después de la muerte, Dios, el fin, un nuevo comienzo; Silvio no da una respuesta absoluta, pero advierte que hay que llegar felices y plenos al suspiro final.
El mundo sigue y seguirá girando, las luchas de los hombres han de continuar mientras haya razones para luchar y para pensar; en un mundo donde pareciera que las ideologías han muerto, siempre hacen falta la reflexión, la crítica y los sueños. La música de Silvio Rodríguez invita a luchar por una revolución de conciencias; mediante sus canciones nos dibuja lo que está mal pero que puede ser mejor, lo que bueno y debe ser trascendente.
Eso debe ir más allá de si alguien es de convicción socialista o capitalista, es algo que debe surgir de las entrañas de uno mismo. Los invito a que escuchen Al Final de Este Viaje desnudos de cualquier prejuicio ideológico, pero conscientes de su complejo contexto. Si les sirve de aliciente, Silvio Rodríguez es sólo un hombre común que compone grandes canciones.
Entre ellos estaba un joven llamado Silvio Rodríguez Domínguez, nacido en 1946 en San Antonio de los Baños, al sureste de La Habana; un hombre que creció en los tiempos de la dictadura de Fulgencio Batista, caracterizada por ser un enorme crisol de corrupción auspiciado por el gobierno estadounidense. La juventud lo agarró en los tiempos de esas grandes cruzadas culturales de la revolución triunfante, en las cuales participó como alfabetizador; durante su servicio militar, aprendió a componer y a tocar la guitarra, el cañón de futuro con la cual pelearía contra los canallas. Durante un viaje a Cabo Verde y Senegal en un barco astillero, el Playa Girón, grabó sus primeras maquetas en una grabadora que le habían regalado.
Hacia finales de los 60's, Silvio ya había conocido a Pablo Milanés, Vicente Feliú y Noel Nicola, los cantautores con los que fundaría la Nueva Trova Cubana, la cual buscaba ser una renovación de la música popular de su país, cuyo principal antecedente musical era el bolero conocido como feeling. La isla estaba en un proceso de búsqueda de una identidad estética propia en todas las artes, que quería alejarse y se sincretizaba a la vez con lo que se filtraba de Estados Unidos; fue la época de fundación de la Casa de las Américas (1960) y del organo gubernamental para la creación cinematográfica, el ICAIC (1959), que en conjunción formarían el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI), dirigido por el compositor Leo Brouwer.
El GESI dejó una impronta profundísima en la historia de la música y el cine de Cuba, ya que las composiciones que de él emanaron se utilizaron en documentales cinematográficos y terminaron por configurar la Nueva Trova Cubana; Silvio Rodríguez participó con muchas composiciones, las cuales le permitieron participar en varios festivales de música del segundo y el tercer mundo. Al terminar el GESI, comenzó a hacer giras y a grabar el que sería su primer disco oficial, Días y Flores (1975); un año después de ese lanzamiento, se unió a las Brigadas Internacionalistas para pelear en la Guerra Civil de Ángola, en donde vio acción en el frente de batalla.
En noviembre de 1975, había muerto Francisco Franco, el Generalísimo que gobernó España durante casi 40 años; el nuevo Estado de transición hispánico permitió que hubiera mayor apertura crítica y cultural, razón por la cual Silvio logró tener presentaciones en ese país después de su experiencia bélica. En Madrid, Silvio grabó para la disquera Fonomusic un álbum compilatorio de sus mejores temas compuestos entre 1968 y 1970, los cuales interpretó sólo con su guitarra. Hoy podemos reconocer ese trabajo como la parte medular del catálogo de este magnífico cantautor: Al Final de Este Viaje.
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Silvio Rodríguez es, en cierta forma, un vocero que trova todo lo que es bueno del ideal revolucionario; su complejidad literaria y su virtuosismo musical buscan representar el ethos de la sociedad cubana que emergió de la Revolución. Sin embargo, hay que saber distinguir tres facetas principales en el trabajo de Silvio: primero, la de compositor de canciones de protesta con énfasis en la crítica y la memoria histórica; en segundo lugar, la del compositor de canciones de amor donde la corporeidad y el erotismo de sus figuras retóricas buscan descifrar los misterios de la mujer amada y/o añorada; finalmente, el Silvio metafísico, complemento inexorable de los anteriores, que cuestiona sus valores y sus inquietudes a la luz de su sublimada poesía. Desde mi punto de vista, Al Final de Este Viaje es un pequeño resumen de todo este cúmulo de inquietudes, que con el acompañamiento de una guitarra punteada dibujando arpegios y acordes poderosos, se convierte en un trabajo musical sólido y memorable.La primera canción del disco es la "Canción del Elegido", una de las más reconocibles de su repertorio; se cuenta la historia épica de un ser fuera de lo común, que como un Ulises cósmico viaja por el universo en búsqueda de un ideal al cual encomendarse. Este "elegido", cuyo nombre no se menciona, conocería las banalidades, las rechazaría y las cambiaría por la Tierra, donde sería visto por última vez luchando contra las injusticias. "La Familia, la Propiedad Privada y el Amor" es un tema más crudo y amargo, el cual relata una historia de amor que se ve obstaculizado por los convencionalismos sociales y religiosos de la sociedad cubana; Silvio invoca con pesar la cobardía de aquella mujer que prefirió acomodarse en el abolengo del dinero y el compromiso que salir corriendo hacia el amor verdadero.
El tercer tema ha valido para miles de litros de tinta y para las notas de millones de guitarras en manos hispanohablantes. "Ojalá" es el poema - canción por excelencia de Silvio Rodríguez, una de las canciones más emblemáticas de la música popular latinoamericana, uno de los temas de añoranza al amor más hermosos que se hayan escrito. Aquí, Silvio entra en un ciclo de olvido a un amor obsesivo y no consumado, el que sintió por su primer amor, una excepcional mujer cubana llamada Emilia; el insistente ojalá de Silvio desgrana metáforas de amor, los ahuyenta como si de fantasmas en su cabeza se tratara. El verso "a tu viejo gobierno de difuntos y flores" pervive en el misterio, expuesto a anacronismos interpretativos, como un secreto de amantes que nunca se contó.
"La Era Está Pariendo Un Corazón" fue compuesta por Silvio al enterarse de la muerte del Che, la cual lo afligió sobremanera. Hay dos momentos en esta composición, el momento de duelo en el cual el autor se discute entre el llanto y la risa, sólo para darse cuenta que la tierra llora como él; la "era" es el futuro en constante gestación, deseoso de que se cure su dolor, el cual sólo puede ser aliviado por las personas preocupadas por el porvenir de sus semejantes. Más que una elegía, es una canción que llama a la lucha de los ideales y del bien común, como lo hiciera Ernesto Guevara en su momento histórico específico.
El quinto corte es "Resumen de Noticias", una canción que le da voz a la ideología a través de la poesía de Silvio; es una declaración de principios y un manifiesto estético a la vez, dirigido tanto a amigos y enemigos. A continuación está "Debo Partirme en Dos", una divertida e ingeniosa carta a los que cuestionan la estética de su música. Silvio declara que "debe partirse en dos" para satisfacer a sus críticos y a su interés de hacer revolución con sus letras; contrastado con un cursi estribillo "te quiero mi amor / no me dejes sólo / no puedo estar sin ti / mira que yo lloro", presenta sus valores estéticos: música guerrillera con temas sociales y sin frivolidad. A Silvio le importa poco lo que digan, lo que quiere es seguir cantando.
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| Marc Chagall (1887 - 1985) "Luces de Boda" (ca. 1945) Óleo sobre tela, 122.2 x 120 cm Colección Privada |
En octavo lugar, está "Aunque No Esté de Moda", la cual describe lo que parece ser un acto sexual marcado por el ardor del hombre y la timidez exacerbada de la mujer; Silvio propone a su amante un juego amoroso diferente a los que "están de moda", un juego que teme a ser descubierto por un tercero: un juego donde reinen las palabras, el misterio, el tacto, el cariño y la sinceridad sean protagonistas, donde el cuerpo de la amada se convierta en el lugar donde el amante descubra una nueva dimensión de sí mismo.
El noveno corte de este álbum es "Qué Se Puede Hacer con el Amor", donde Silvio describe el devenir de una pareja que en su acto de amor desvela convencionalismos sociales, dogmas religiosos y distancias geográficas, donde prevalecerá siempre el amor como fuerza vital y suprema en la vida de las personas. Por último, el tema homónimo "Al Final de Este Viaje en la Vida" lleva a buen puerto un álbum excepcional y redondo; esta canción enumera todo lo que podría esperar después de la muerte: trascendencia, amor eterno, vida después de la muerte, Dios, el fin, un nuevo comienzo; Silvio no da una respuesta absoluta, pero advierte que hay que llegar felices y plenos al suspiro final.
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Eso debe ir más allá de si alguien es de convicción socialista o capitalista, es algo que debe surgir de las entrañas de uno mismo. Los invito a que escuchen Al Final de Este Viaje desnudos de cualquier prejuicio ideológico, pero conscientes de su complejo contexto. Si les sirve de aliciente, Silvio Rodríguez es sólo un hombre común que compone grandes canciones.
Tracklist:
- Canción del Elegido
- La Familia, la Propiedad Privada y el Amor
- Ojalá
- La Era Está Pariendo Un Corazón
- Resumen de Noticias
- Debo Partirme en Dos
- Óleo de Mujer con Sombrero
- Aunque No Esté de Moda
- Qué Se Puede Hacer Con el Amor
- Al Final de Este Viaje en la Vida
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