En su reciente tour europeo, Enrique Peña Nieto ha tenido una intensa labor diplomática con las potencia europeas afectadas por la crisis económica mundial. En España, prometió el cielo y la tierra para un país que pide a gritos todo tipo de ayuda, pero en Francia reavivó una llama que provocó un incendio en su momento sólo para apagarla con un pisotón, la del caso Cassez.
Al decir que obedecerá el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Peña Nieto le da el espaldarazo a los ministros que llevarán la nueva controversia sobre la sentencia de la ciudadana francesa, pero también les está devolviendo la enorme presión que portaron a inicios de año. Habrá que ver que cumpla su palabra, sobre todo cuando reapareció su ex-amante y que su mentor Arturo Montiel tiene también sus asuntos incómodos en el país galo. Pero esos temas se cocinan en otro anafre.
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