Otro lanzamiento discográfico esperado, el cuarto disco de la prima donna absoluta de mi adicción musical. Otro disco que no estaba esperando, y del cual, por lo poco que he escuchado, espero gratas sorpresas.
Porque cuando se habla de un disco de Norah Jones, se suele pensar en el soundtrack de una tarde de lluvia, en el fondo musical de un local de Starbuck's, e incluso, en el mejor remedio para dormir a los niños más inquietos. Come Away With Me, su primer material, y multipremiada razón de su fama, es una compilación de algunos standards de jazz con temas propios llenos de elementos de folk. Feels Like Home es un álbum que se encuentra de repente con un poco de country, aunque la habilidad interpretativa de Norah continúa seduciendo con las baladas vocales. Not Too Late, ya sin la presencia del finado Arif Mardin en la producción, es una transición entre el estigma marcado por su tremendo debut y la búsqueda de una nueva variedad de sonidos nuevos entre su entonces grupo de cabecera, la Handsome Band, con resultados irregulares en el pulido final de las canciones. Alternativamente, Norah también fungió como cantante y pianista de country rudo en el proyecto The Little Willies, y lanzó un divertido secreto a voces lleno de rock, maquillaje, medias de red y cabelleras sintéticas llamado El Madmo.
El resultado del silencio de la hija mayor de Ravi Shankar en estos dos últimos años es The Fall, que apareció el pasado 17 de Noviembre en Estados Unidos, y que hace poco acaba de llegar a México. De este material se desprende "Chasing Pirates", que muestra a Jones, ya de 30 años de edad, con el cabello más corto que el que ha sido su imagen a lo largo de la década, usando botas y minifalda, encerrada en una botella peleando con espadas con ella misma, y navegando sobre un edificio - barco pirata por los cielos de Manhattan. (De acuerdo con el video de realización del clip, la idea original para el mismo era la de perseguir a un tal Johnny Depp... supongo que Norah no tiene aún ese poder).
Por principio de cuentas, el cambio se da en el personal. No quedan rastros de la Handsome Band (los guitarristas Adam Levy y Kevin Breit, el bajista y ex-novio Lee Alexander, el baterista Andrew Borger y la entrañable corista y flautista Daru Oda, estos dos últimos, cómplices en El Madmo). Quizá solamente ha llegado a este material la colaboración de una figura angular en la carrera de Jones, el compositor Jesse Harris, creador intelectual de su gran éxito de 2001, "Don't Know Why".
Arropada por el productor Jacquire King, quien ha trabajado con Tom Waits, Modest Mouse y Kings of Leon, rodeada por músicos que tienen entre sus curriculums los nombres de Beck, Erykah Badu y Elvis Costello, y dotada con un sonido más enfocado en pianos eléctricos con diversos efectos, en ritmos marcados de batería y en guitarras eléctricas distorsionadas, Norah Jones nos presenta un álbum que la hace apuntar hacia horizontes más relacionados con el rock.
Su voz aterciopelada continúa siendo el soporte esencial de su música, la versatilidad de su habilidad musical la seguirá sacando a flote incluso ante las críticas más severas. Norah debe seguir sorprendiéndonos por varios lustros más, y quien dude de lo dúctil que esta mujer es como intérprete, que escuche el proyecto El Madmo, o que estudie su historial de colaboraciones... ¿Les suena Ray Charles?, o dándole una vuelta más a la tuerca, ¿Foo Fighters?, ¿Wyclef Jean?. (No por nada Carlos Santana ha andado tras de ella todos estos años... no por nada los Rolling Stones, sobre todo Keith Richards, la adoran).
Por cuestiones de tiempo y dinero, no podré comprar aún este álbum, por lo que tendré que agregarlo a la larga lista de pendientes. Para inicios de diciembre, sin falta, los trece tracks de The Fall serán parte de mi playlist musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son muy importantes. Recuerda que los arcángeles siempre te escucharán. Déjame tus comentarios. Yo siempre contesto...