febrero 04, 2011

Algunas preguntas indiscretas sobre el asunto de "Top Gear" y los estereotipos...

Mastretta MXT. El primer automovil deportivo 100% mexicano.
El auto que vemos en la imagen de arriba es un Mastretta MXT, diseñado y ensamblado en México por un visionario y valiente diseñador industrial llamado Daniel Mastretta. Es un coupé de cuatro cilindros capaz de alcanzar 200 km/h, que además contiene tableros electrónicos y medidas óptimas de seguridad para los pasajeros. Fue lanzado al mercado internacional el mes pasado, con un precio de salida de MX$700000 pesos (poco más de US$58000 billetes verdes al tipo de cambio de ayer).

Siendo pesimista, se trata de una máquina prometedora para impulsar una industria de autos deportivos como su punta de lanza. (Debo aclarar de antemano que no soy un conocedor de automóviles, así que no puedo darles un resumen de las virtudes y defectos de este juguetito).

De lo que sí puedo hablarles es de lo que desató en la televisión británica el pasado Martes...


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Altamente incendiarias y asquerosamente xenófobas fueron las "impresiones" que rebuznaron (sic) los conductores del programa británico de crítica automotriz "Top Gear" sobre la cultura mexicana, debido a que abrieron heridas dolorosísimas mediante algunos de los estereotipos más absurdos y trillados que muchos extranjeros tienen sobre nosotros. Se supone que debían hablar de los defectos de diseño y aerodinámica del Mastretta, y terminaron exhibiendo su limitada prosapia sobre lo que realmente es México.

Comienzo en este momento con mis preguntas:

¿Acaso todos los mexicanos somos "perezosos, inocentes, flatulentos y obesos"?. ¿Acaso todos estamos "recargados en una barda, viendo un cactus, cubiertos de una sábana con un hoyo"?

(La "sábana", por cierto, la llamamos jorongo).

Comienzo a responderme "rebajándome" al nivel de esos sujetos, sacando a relucir mis estereotipos de los ingleses: Dudo mucho que todas las personas de ese país estén borrachas todo el tiempo, que tengan dentaduras putrefactas, que sean violentas como los hooligans de los partidos de futbol, que no lean otra cosa más que los tabloides sobre Amy Winehouse o la Familia Real o que sólo sepan comer fish n' chips y beber el té del five o'clock. (Si el Mastretta es como una tortilla con vómito, ¿cómo podríamos describir un Aston Martin?).

Como pueden ver, recurriendo a esa clase de ideas incompletas y tergiversadas de una sociedad o país, no nos damos una idea de lo complejas que son las culturas. Si los brasileños sólo bailaran samba, tomaran el sol y jugaran fútbol, Brasil no sería la potencia pujante y naciente de nuestros tiempos. Si los americanos no tuvieran cultura y sólo pensaran en el dinero, en Estados Unidos no tendrían las mejores universidades del mundo. Si todos los mexicanos fuéramos apáticos y conformistas, como se nos ve en muchas partes del mundo, no habría gente como Daniel Mastretta que se animara a hacer algo atrevido e innovador.

¿Por qué nos llevamos y no nos aguantamos? ¿Por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?


(Recordemos a nuestros "clientes" frecuentes: Argentinos, "gallegos" [españoles en general], árabes, judíos y americanos).

No se trata de justificar a los conductores de "Top Gear" (Todo lo contrario, yo también, en el fondo de mis adentros, pensé mandarles un corte de manga). Se trata de hacer un ejercicio autocrítico. Todos nos sabemos chistes sobre las culturas que mencioné arriba: Que si los argentinos tienen el ego demasiado inflado, que si los españoles y los americanos son tontos, que si los judíos son avaros, un largo etcétera...

Muchos grupos étnicos y sociales del mundo sufren discriminación y prejuicios en el mundo, y esto se refleja también en las manifestaciones cultas y profanas de la cultura. Lo jocosa o trágica que puede ser la caracterización de un judío, por ejemplo, no oculta la carga de prejuicios que lleva detrás, sino todo lo contrario. Saltemos de las bromas de ocasión al más célebre teatro isabelino, recordando el personaje de Shylock, el usurero semita de la tragicomedia "El Mercader de Venecia" de William Shakespeare.

Tanto en un chascarrillo como en el libreto del célebre dramaturgo inglés, se seleccionan detalles, los cuales se enfatizan y se exageran hasta volverlos negativos, dejando de lado valores positivos de esta cultura, como la latente pertenencia a un pueblo, la fortaleza de los vínculos sociales y la voluntad y disciplina para la previsión económica. Tanto la barba y la prominente nariz del judío de un chiste como la avaricia y la venganza del Shylock shakespereano, tienen sustento en dañinas ideas estereotipadas. Jamás olvidemos que 6 millones de judíos murieron por pensamientos de este tipo.

¿Podrán estas declaraciones enseñarnos algo de nuestra cultura mexicana? ¿Podemos hacer limonada con los limones que nos lanzaron?

Sobre esta pregunta, yo creo que sí, y no se trata de "si nos quedó el saco" o no, se trata de trabajar para sacar a flote nuestros problemas de la vida diaria. Duele que en otro lado del mundo digan que los de tu país son obesos cuando sabes que hay un índice enorme de esta enfermedad entre tus paisanos (sobre todo cuando, como yo, sabes que tienes kilos demás. Mea culpa...).

Tenemos muchas cosas que aprender como nación, muchos problemas que resolver y muchos errores que corregir. El que en tu país esté Ciudad Juárez, la urbe más violenta del mundo, el que haya corrupción e impunidad, el que tengamos índices tan altos de contaminación y tan poca voluntad para participar en la colectividad son índices muy claros que nos señalan los caminos que se deben trazar para progresar.

Y ahora... ¿Quién podrá defendernos?

(No me vayan a decir que el embajador de México ante el Reino Unido, ni que la Canciller de la Secretaría de Relaciones Exteriores)

Pues quien otro sino el delantero mexicano del Manchester United, Javier "Chicharito" Hernández, curiosamente nuestro compatriota más conocido en Inglaterra, quien nos llama a olvidarnos de los prejuicios y asumir una responsabilidad como mexicanos que pueden hacer un cambio. Hacer ejercicio físico es un ejemplo, pero puede aplicar para cualquier acción que haga a nuestro país diferente. Muchos medios quisieron leer esta propaganda de las bebidas "Powerade" como una respuesta visceral a la diarrea verbal de los conductores de "Top Gear", sin ver el significado amplio de esta consigna:

Chicharito: ¡No contaban con su astucia!
Piénsenlo y coméntenlo... Adios!!!

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