Del Jueves negro en Monterrey y el hartazgo de una Nación

Basta de vivir con miedo... ¡Todos somos Monterrey!

"Si perdemos la capacidad de indignación, perdemos todo vestigio humano"

Carlos Monsiváis

El 25 de agosto de 2011 será recordado como un Jueves negro...

No me gusta escribir sobre estas cosas, de hecho, yo quería escribir sobre cosas más profanas y agradables que tendrán que esperar, pero la realidad es demasiado dura y exige que no seamos indiferentes a lo que sucede. Quedarse de brazos cruzados mientras se vive en un país como México, desangrado todos los días por la violencia sin control, me parece egoísta, un acto de inconsciencia ante los dolorosos problemas que flagelan a nuestra sociedad.

Monterrey, la capital de Nuevo León, volvió a ser rehén de la violencia desatada por el narcotráfico y el crimen organizado, y las consecuencias han sido terroríficas. El atentado ocurrió en un centro de apuestas llamado "Casino Royale", ubicado al suroeste de la ciudad, muy cercano a los municipios conurbados de Santa Catarina y San Pedro Garza García.

Un grupo de personas llegaron al lugar portando botes de gasolina, a los cuales prendieron fuego; amagaron a los cuerpos de seguridad y bloquearon las salidas con candados, dejando a un gran número de personas adentro; se reportaron detonaciones y disparos de arma de fuego. Hasta el momento se han reportado 52 muertos por asfixia, las cuales podrían ser mucho más debido al número de desaparecidos reportados; hay 10 lesionados y 35 sobrevivientes. Los estragos del incendio han provocado que se suspendieran las labores de rescate dentro del edificio, cuyo segundo piso se desplomó hace pocos minutos.

Más allá de los tintes políticos y de los niveles de culpabilidad que se vayan descubriendo con las investigaciones pertinentes, la eterna pregunta que se ha hecho en el sexenio queda en el aire: 

¿Hasta cuándo seremos capaces los mexicanos de soportar la violencia que ha secuestrado a nuestro país?

¿En qué momento tendrá la sociedad la convicción de decir "Ya Basta"?

Las redes sociales, sobre todo Twitter, han estado muy activas debido a estos infames sucesos. No han faltado quienes han despotricado contra Felipe Calderón, contra el gobernador de Nuevo León, contra el alcalde de Monterrey; otro caso aparte es el dueño del casino, ya que las informaciones sobre su identidad no son del todo claras. Sin embargo, la cadena de culpables no se puede limitar sólo a ellos, se requiere de una reflexión amplia y consciente.

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Éste es el momento para pensar, como mexicanos, sobre lo que somos y lo que queremos. Vivir en México, sobre todo en los lugares más azotados por la violencia, es muy difícil en estos días, pero en nosotros los mexicanos está que eso cambie.

DUELE vivir en México y saber que sus ciudades son desangradas día tras día por la violencia. Duele saber que han muerto más de 50 mil personas en 5 años por efecto de la lucha armada de los cárteles de la droga. Duele la necedad de Felipe Calderón cuando defiende que sólo con su "guerra" se podrá detener la violencia, y que sus resultados se cuenten mediante "daños colaterales", narcofosas y descabezados. DUELE darse cuenta del desdén de los Estados Unidos, mayor inversionista de este infierno atroz; es increíble que las drogas sean más mortales por el dinero que mueven que por su consumo en sí.

DUELE ver que la tierra donde nací, donde crecí, donde reside mi familia y he conocido a mis amigos; donde se han forjado mis sueños y donde se encuentran los caminos de mi futuro, sea presa de un mal que la obliga a dar gritos de auxilio debido al terror. Duele que, como parte de la juventud inquieta que quiere cambiar al país, no puede hacer propuestas porque los gobernantes son sordos ante los reclamos del pueblo que los eligió; malandrines que sólo saben escuchan a su egoísmo y a sus pasiones.

DUELE la ignorancia, DUELE la indiferencia, pecado de omisión de un pueblo pobre y hambriento de la más mínima JUSTICIA; DUELE pensar que no pareciera haber remedio para tantos problemas. La educación y la cultura son las herramientas que nos pueden ayudar a revertir esta situación; con ellas podremos tener más y mejores oportunidades laborales, mejores servicios de salud, mejor alimentación y mejores oportunidades de esparcimiento.

México es un país grandioso, por su historia, por sus tradiciones, por la calidad de su gente; los que queremos un México mejor somos la mayoría. Ninguna persona merece vivir presa del terror y de la ignominia, porque la vida es un misterio que nos pide disfrutarla en plenitud, sin ataduras de ninguna clase. Pelear por la libertad en una Nación que se jacta de su soberanía es contradictorio, pero aquí en México es una necesidad vital que no puede esperar más.

Alzar la voz es importante, pero levantar los brazos lo es mucho más... ¡Ánimo México!

Este moño negro es en memoria de los que murieron hoy, y por los que han muerto en estos cinco años de violencia. Para que no sean olvidados, para que tengan un poco de JUSTICIA.