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| Gabriel Orozco (Xalapa, 1962) "Mis manos son mi corazón" (1991) Cibachrome en dos partes, 40.6 x 50.8 cm c/u Galería Kurimanzutto, Ciudad de México |
El corazón de mi sangre... no se confunda con el músculo que bombea miles de veces al día, sin parar, eritrocitos y leucocitos y demás células por mi cuerpo.
El corazón de mi sangre es una hoguera sin lugar fijo, ni temperatura uniforme, ni descripción, ni ramales concretas, ni terminales determinadas.
El corazón de mi sangre es un cometa errante que me recorre cada nervio desde la punta más remota de la piel hasta el fondo de mi médula, y de ahí a cada sinapsis en mi cabeza.
El corazón de mi sangre es un movimiento cuya tectónica hace temblar a mis manos; el pensamiento es pleno, las palabras son flores, el mar hidrata la sed y la luna ilumina sus caminos terrestres.
El corazón de mi sangre es el lugar que reservo para las memorias más difíciles de recrear, el tacto de una mano amada, el sabor de labios almibarados, la vibración de cada color, el magnetismo de cada sabor.
El corazón de mi sangre es una lágrima de alegría que limpia mi melancolía, es el flujo infinito en el que se deja llevar mi espíritu.
El corazón de mi sangre se hace llamar deseo.
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