Hola...
Finalmente nos han dado fecha para regresar a clases (Mayo 7 para Prepas y
Universidades, y Mayo 11 para Primarias y Secundarias), así como el
correspondiente recorrido de fechas para que se complete nuestro semestre. La
verdad hice muy pocas cosas en estos días, solamente he engordado, me he vuelto
más apático y he dormido fuera, muy fuera de mis ya alteradas horas. Al parecer
el problema de la influenza humana ha estado mejorando, los muertos están
bajando, los diagnósticos se están realizando a tiempo y los desafortunados
están teniendo una nueva chance. Los cubrebocas siguen en boga (por no decir en
boca), hay que seguir cuidándonos, y todo empieza, aunque lentamente, a
recobrar su realidad. Ha sido muy buen trabajo de las autoridades al combatir
la pandemia del año en su propia trinchera (concuerdo con Felipe Calderón, es
una labor de responsabilidad con la humanidad entera).
Y sobre esta recuperación lenta, debo expresar la
infamia que se está ejerciendo en algunos países a causa de ese miedo por
contraer la enfermedad. Varios viajeros mexicanos están enclaustrados en China
en un hotel cercano a un aeropuerto (no recuerdo si era Shanghai o Beijing) sin
posibilidad de comunicarse con el mundo exterior, ni siquiera con el embajador
de nuestro país. Estas personas fueron puestas en cuarentena por la aduana
china en contra de su voluntad por el simple hecho de portar pasaporte
mexicano. Lo que me pregunto es lo siguiente, ¿Qué tan fuerte va a ser el
reclamo del Estado y la sociedad mexicana hacia el gobierno chino?, ¿Es esto
algo nuevo en el gobierno chino?, ¿Recuerdan el problema tibetano?, ¿Dónde está
la ONU y la OMS en esto?.
No he
olvidado las restricciones de países americanos (los que deberíamos estar más
unidos en esto) hacia los vuelos comerciales provenientes de México. ¿Qué temen
los argentinos, los peruanos, los ecuatorianos y los cubanos?, ¿No confían en
la cordura, la salud y en la bondad del ser humano?
Mucha
gente de la Ciudad de México no perdonó, por otro lado, su puente de Día de
Trabajo (Mayo 1) y Aniversario de la Batalla de Puebla (Mayo 5), que hubiera
durado en situación normal del Viernes pasado al día Lunes 4. No faltó aquella
persona de la provincia que se alejó de sus visitantes con temor a no ser
contagiado. (De hecho, los que somos del Distrito Federal no somos muy queridos
por habitantes de muchos lares de la República, y no lo digo yo, no por nada
está esa frase de "Haz Patria, Mata a un Chilango"). No quiero
generalizar ni señalar a ciegas, pero ser defeño es algo difícil en estos días,
sobre todo con el aislamiento involuntario.
Tema
aparte es lo de las Chivas Rayadas del Guadalajara, el equipo de fútbol más
popular del país, cuyos jugadores fueron ofendidos en Chile por el mismo tema
(hubo revisión médica en el Aeropuerto, e incluso insultos en un centro
comercial). No merece palabra lo que hizo el jugador Héctor Reynoso al toser y
escupir a un jugador del Everton durante el partido jugado en Viña del Mar por
la Copa Libertadores (empate 1-1), aunque se podría ver como producto de la
frustración ante tantas injurias ocurridas por jugadores y aficionados. Se
espera un castigo ejemplar para el defensa tapatío, pese al papel de víctima
que los medios deportivos mexicanos quisieron otorgarle (ser el invitado
incómodo del torneo más importante de Sudamérica no es un pretexto para tan
reprobable actitud). ¿No es acaso mala imagen pese a todo para su equipo y para
el país?, ¿No pudo acaso manejar la presión social que involucra que tu país
sea visto como un caldo de cultivo de una enfermedad con alto grado de
letalidad?. No hacen falta esas actitudes en este momento.
Las
actitudes que debemos adoptar ahora que todo está pasando deben ser de cierto
positivismo sin lanzar aún las campanas al vuelo. Los enfermos deben sanar, la
campaña de prevención seguir, y sobre todo, la sociedad merece tiempos mejores.
Si ya tuvimos (y tenemos aún en muchas partes, no hay que olvidarlo) con la
crísis mundial, con esto la cosa se ha empeorado gravemente.
Ánimo, el
sello no se liberó...
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