mayo 01, 2009

A una semana...

Ha pasado ya una semana de que se decretara la epidemia de influenza (ahora se le denomina humana para que los pobres cerdos no paguen las consecuencias). Hoy tuve la posibilidad de recorrer las calles del Coyoacán por la tarde y del Centro de la Ciudad de México en coche por las noches. Desolación...

En la tarde, fui con mi hermana y una de sus amigas a los Viveros, y de ahí me pasé a la plaza central. Es muy raro ver que esa parte de la urbe esté vacía, sin sus clásicos puestos de chácharas y artistas urbanos, sin sus parejas paseando y sin la alegría festiva. Incluso estaban grabando escenas para la televisión reflejando la desolación de sus plazas y calles por lo regular concurridas. Todo estaba cerrado, solamente puestos de café con medidas preventivas para evitar grandes masas de gente. La poca gente que estaba por ahí llevaba su cubrebocas, material tan preciado hoy en día, aunque no totalmente efectivo.

Después pude pasarme por el Centro Histérico, donde todo también luce parecido, con muchos puestos formales e informales vacíos, sin mucho movimiento como el acostumbrado. No hay mucho por hacer en las mañanas, con los museos, las tiendas y los cafés cerrados. En la parte de San Cosme, también todo cerrado, ni siquiera los infalibles tacos del Califa de León... (Estoy muy triste por eso).

Los números no son muy alentadores... 312 casos, y 12 muertos a la noche de hoy. Mi mamá, que es doctora, vio hace rato a una chica de 22 años que posiblemente tenga la enfermedad, y ha estado preocupada por esto. También espero que la tía de una de mis amigas pueda conseguir su medicamento... Espero que todos mis seres queridos estén bien, y que esto termine pronto. Uno como sea se desespera ante tanta limitación...

P.D. ¡¡¡Por fin he visto la calle de Sullivan, he estado ahí, sé que existe... ni con la influenza se detiene, por Dios!!! Jajaja...

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