Ha
pasado ya una semana de que se decretara la epidemia de influenza (ahora se le
denomina humana para que los pobres cerdos no paguen las consecuencias). Hoy
tuve la posibilidad de recorrer las calles del Coyoacán por la tarde y del
Centro de la Ciudad de México en coche por las noches. Desolación...
En
la tarde, fui con mi hermana y una de sus amigas a los Viveros, y de ahí me
pasé a la plaza central. Es muy raro ver que esa parte de la urbe esté vacía,
sin sus clásicos puestos de chácharas y artistas urbanos, sin sus parejas
paseando y sin la alegría festiva. Incluso estaban grabando escenas para la
televisión reflejando la desolación de sus plazas y calles por lo regular
concurridas. Todo estaba cerrado, solamente puestos de café con medidas
preventivas para evitar grandes masas de gente. La poca gente que estaba por
ahí llevaba su cubrebocas, material tan preciado hoy en día, aunque no
totalmente efectivo.
Después
pude pasarme por el Centro Histérico, donde todo también luce parecido, con
muchos puestos formales e informales vacíos, sin mucho movimiento como el
acostumbrado. No hay mucho por hacer en las mañanas, con los museos, las
tiendas y los cafés cerrados. En la parte de San Cosme, también todo cerrado,
ni siquiera los infalibles tacos del Califa de León... (Estoy muy triste por
eso).
Los
números no son muy alentadores... 312 casos, y 12 muertos a la noche de hoy. Mi
mamá, que es doctora, vio hace rato a una chica de 22 años que posiblemente
tenga la enfermedad, y ha estado preocupada por esto. También espero que la tía
de una de mis amigas pueda conseguir su medicamento... Espero que todos mis
seres queridos estén bien, y que esto termine pronto. Uno como sea se desespera
ante tanta limitación...
P.D. ¡¡¡Por fin he visto la calle de Sullivan, he estado ahí, sé que existe... ni con la influenza se detiene, por Dios!!! Jajaja...
P.D. ¡¡¡Por fin he visto la calle de Sullivan, he estado ahí, sé que existe... ni con la influenza se detiene, por Dios!!! Jajaja...
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