La presentación de la exposición, justo frente a la obra. (Fotografía del Autor) |
Cuenta Ovidio en sus Metamorfosis que la Luna se enamoró de la belleza de un joven mortal llamado Endimión. Tanto fue el amor que sentía por él, que le pidió al dios Zeus que le diera el sueño eterno para que viviera hermoso y joven por siempre.
El ejercicio de Marín en "Las Noches de Endimión" (2009) explora la problemática del sueño y del tiempo, elementos que tienden a huir, por su naturaleza inmaterial y cambiante, de la representación. Los 38 módulos*, pequeños cuadros pintados al óleo que componen la obra, se deberán de cambiar cada semana para lograr su objetivo: representar los transcursos del día y la noche, narrar las fases de un sueño y así revelar los misterios detrás del mito, el amor obsesivo y la fantasía de la inmortalidad. La obra me hace pensar en una colección de fragmentos de sueños que adquieren un sentido para revelar un mensaje.
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De izq. a der., Carmen Gaitán Rojo, directora del MNSC, Manuel Marín y María Fernanda Matos Moctezuma, Coordinadora Nacional de Artes Plásticas del INBA. (Fotografía del autor) |
Esta exhibición es sólo una de cuatro participaciones de Marín en el circuito museístico y galerístico de la Ciudad de México; hay un óleo suyo en la muestra "Rostros de la Migración" en Centro Cultural Casa Lamm, participó en la exposición del colectivo AKASO en el Museo Universitario del Chopo y tiene una exposición de dibujos en el Centro Cultural Estación Indianilla, donde también retoma el mito de Endimión.
La presencia de esta obra de Manuel Marín es también la punta de lanza de una propuesta que busca conectar al Museo Nacional de San Carlos, recinto heredero de las antiguas galerías de la Academia de Bellas Artes de San Carlos y hogar de la colección de arte europeo del Estado Mexicano, con las propuestas plásticas de artistas vivos. Me parece muy interesante este intento, pues me deja con la curiosidad de saber qué tipo de obras se exhibirán dentro de este espacio, lo cual, estoy seguro, sabremos en el futuro.
Ésta es la obra el día de la inauguración... En cuanto vayan a verla, los módulos ya habrán cambiado, o al menos eso prometieron... (Fotografía del autor) |
Manuel Marín: "Las Noches de Endimión"
desde el 23 de junio hasta septiembre.
Museo Nacional de San Carlos
Puente de Alvarado 50, Colonia Tabacalera
Delegación Cuauhtémoc, México D.F.
Estaciones de Metro y Metrobús más cercanas: Revolución e Hidalgo
Horarios: Mi a Lu, 10 a 18 horas. Cerrado en Martes.
Admisión: MX$28 Estudiantes, niños y adultos mayores entran Gratis.
Entrada libre los Domingos
* Actualización (Septiembre 23 de 2011): Acabo de recordar que tengo una fotografía que quiero compartirles de "Las Noches de Endimión" de Manuel Marín en su estado final, tal como queda después del pasaje de la obra hacia la noche. En un principio pensaba que los módulos sólo iban a cambiar de lugar, pero esa idea era incorrecta, por lo que realicé cambios al texto; les pido una disculpa por ese error que debí corregir hace mucho tiempo. Creo que la obra ya debió de ser removida de San Carlos, por lo que es buen momento para presentar esta imagen.
En alguna parte había leído que la obra estaba compuesta de 76 módulos, el doble de las que aparecían en el muro del museo, lo que me confundió; fue hasta que vi la obra otra vez cuando entendí el porqué. Lo que pasa es que la obra "cambia": se deben de desmontar los módulos de color para ser sustituídos por otros realizados en blanco y negro, con vivos muy tenues de azul pastel y de colores ocres. En este momento el sueño ya ha adquirido una narrativa diferente, acorde con el sueño del artista, tal como si fuera una reconstrucción de los encuentros de Endimión con Selene.
Las imágenes en color son el sueño "siendo soñado", dormido y placentero, mientras que el resultado final es el sueño "ya soñado", el recuerdo de esas imágenes oníricas ya despiertas.
En alguna parte había leído que la obra estaba compuesta de 76 módulos, el doble de las que aparecían en el muro del museo, lo que me confundió; fue hasta que vi la obra otra vez cuando entendí el porqué. Lo que pasa es que la obra "cambia": se deben de desmontar los módulos de color para ser sustituídos por otros realizados en blanco y negro, con vivos muy tenues de azul pastel y de colores ocres. En este momento el sueño ya ha adquirido una narrativa diferente, acorde con el sueño del artista, tal como si fuera una reconstrucción de los encuentros de Endimión con Selene.
Las imágenes en color son el sueño "siendo soñado", dormido y placentero, mientras que el resultado final es el sueño "ya soñado", el recuerdo de esas imágenes oníricas ya despiertas.
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