Dos meses después de haber revelado los que son, desde mi punto de vista, los mejores discos del 2011, decidí que no ha sido suficiente con reseñar 15, debido a que hubo muchos trabajos realizados durante el año pasado que no conocí a tiempo para considerarlos para mi conteo.
Decidido a corregir tan grave pecado de omisión, he decidido ampliar el conteo original a 20 agregando cinco albums en lo que llamo un "repechaje"; muchos de los discos que a continuación reseñaré son demasiado buenos para desplazar en puestos de jerarquía a los que ya estaban en las entradas originales, pero siendo fiel a la irretroactividad de mis palabras, he decidido simplemente continuar el listado.
No pienso hacer el conteo de forma inversa esta vez, ya que no tengo el objetivo de causar emoción, sólo de anexar lo que falta. Aclarado esto, hablemos entonces de los elegidos; prepárense para retomar, con retraso, el viaje melómano alrededor de lo mejor del 2011:
EL CONTEO ORIGINAL
Mantengan a Anna Calvi, por lo que más quieran, a más de un kilómetro de cualquier río traicionero, porque esta joven londinense es la reencarnación femenina de Jeff Buckley; cuando escuché su álbum debut homónimo, no me quedó de otra más que confirmarlo. Aquí no paran las comparaciones con el ángel caído californiano: como él, la Calvi recurre a una voz envidiable, una Fender Telecaster con reverb y una enriquecedora enciclopedia de influencias musicales para desnudar su alma en cada canción. Por si fuera poco, detrás de Anna Calvi se encuentra el mecenazgo de Brian Eno y la producción de Rob Ellis, el hombre detrás de todo el opus de PJ Harvey.
Lo primero que resalta en el álbum es el virtuosismo de Calvi con la guitarra en una fórmula simple de bajo, batería y harmonium, que transforma hermosos licks de blues y pesados riffs con dejos flamencos en atmósferas crudas pero hermosas. Para provocar emoción, se descarta la ortodoxia; sus canciones no siguen estructuras comunes, parecen más producto del conjunto de influencias diversas como la música clásica, el folk y la chanson française, pero son sólidas y llenas de frescura. Su voz multifacética y llena de poder, capaz de recitar y de gritar con la misma pasión, conjunta lo romántico y lo seductor con lo siniestro y misterioso, una mezcla que, les juro, es sencillamente irresistible.
No dejen de escucharlo por nada en el mundo.
Escucha: "Rider to the Sea", "Suzanne and I" y "The Devil".
No dejen de escucharlo por nada en el mundo.
Escucha: "Rider to the Sea", "Suzanne and I" y "The Devil".
Con el éxito de Brothers (2010), los Black Keys se consolidaron como una de las bandas más importantes de los últimos tiempos, y era difícil predecir el siguiente paso del dúo formado por Dan Auerbach y Patrick Carney. Después de una extenuante gira de más de un año, los de Akron convocaron a Danger Mouse para la realización de un nuevo disco en Nashville, la capital por excelencia de la música norteamericana; el resultado de esas grabaciones, El Camino, salió al mercado a inicios del pasado mes de Diciembre. Se trata de la tercera colaboración entre DM y los Keys, en un momento que auguraba consolidación en el cosmos del rock para ambas partes.
Para este álbum, la banda sube el tempo a sus composiciones, dando por resultado un sonido más garage que en su álbum anterior, todo bajo el juicio sonoro impecable de Danger Mouse. Stephen Thomas Erlewine lo describe como "un motor moderno dentro de un cuerpo vintage"; los Keys ponen los guitarrazos y los batacazos a la Clash, mientras DM pone el groove: coros y palmas Motown, órganos, guitarras distorsionadas y talk boxes.
El resultado es un gran collage de géneros como el glam rock, el country, el punk y la psicodelia soul; un disco para cantar, un disco para bailar y para estar despreocupado.
Escucha: "Lonely Boy", "Gold on the Ceiling" y "Money Maker".
El resultado es un gran collage de géneros como el glam rock, el country, el punk y la psicodelia soul; un disco para cantar, un disco para bailar y para estar despreocupado.
Escucha: "Lonely Boy", "Gold on the Ceiling" y "Money Maker".
The Pains of Being Young at Heart es una banda neoyorkina cuyo virtuosismo es inquietantemente bello; después de su disco debut homónimo y el EP Higher Than the Stars (2009), los críticos temían que cayeran en cierto patrón de repetición, pero Belong, su segundo larga duración, sólo vino a dejar claro que este momento no llegará aún. La producción de Flood, hombre detrás del trabajo de bandas como Smashing Pumpkins y My Bloody Valentine, otorga un genotipo rico en contrastes entre ensoñador pop dulce y rock lleno de poder.
El sonido de la banda queda reconfigurado por el trabajo de producción: las guitarras del frontman Kip Berman tienen un timbre brillante y los teclados de Peggy Wang son mucho menos tímidos que en el trabajo anterior; las voces de ambos juntas son irresistibles, y en conjunto con el bajo de Alex Naidus y la batería de Kurt Feldman, suenan como una mezcla entre Modern English, Inspiral Carpets y los mismos Pumpkins.
Una perfecta condensación entre lo pegajoso y lo rasposo, entre lo lustrosamente maduro y lo espontáneamente naif, es un disco de himnos que si no alegra el corazón, nada lo hará.
Escucha: "Belong", "Heart in Your Heartbreak" y "Girls of 1000 Dreams".
19) Bon Iver - Bon Iver, Bon IverEl sonido de la banda queda reconfigurado por el trabajo de producción: las guitarras del frontman Kip Berman tienen un timbre brillante y los teclados de Peggy Wang son mucho menos tímidos que en el trabajo anterior; las voces de ambos juntas son irresistibles, y en conjunto con el bajo de Alex Naidus y la batería de Kurt Feldman, suenan como una mezcla entre Modern English, Inspiral Carpets y los mismos Pumpkins.
Una perfecta condensación entre lo pegajoso y lo rasposo, entre lo lustrosamente maduro y lo espontáneamente naif, es un disco de himnos que si no alegra el corazón, nada lo hará.
Escucha: "Belong", "Heart in Your Heartbreak" y "Girls of 1000 Dreams".
Bon Iver es una banda de Wisconsin cuyo miembro más célebre es el compositor y guitarrista Justin Vernon. Su álbum debut, For Emma, Forever Ago (2007), ya había advertido sobre las capacidades de este personaje para crear canciones llenas de melancolía; entonces Kanye West lo llamó para grabar una canción, compuso un tema para la segunda entrega cinematográfica de la saga Crepúsculo y Peter Gabriel hizo un cover de su tema "Flume". A finales de ese año, Vernon estaba profundamente deprimido y enfermo de fiebre glandular, pero había comenzado a grabar el segundo álbum de la banda en una cabaña en medio de la nada.
El resultado es Bon Iver, Bon Iver, un álbum que recorre las cartografías del mundo personal de su compositor, en un trayecto que puede ser imaginado en bosques aromáticos, de amanecer a puesta de Sol, pasando por diferentes ciudades reales o imaginarias. La íntima y personalísima poesía de Vernon, de enorme complejidad lírica, es alumbrada por una cálida instrumentación que recuerda al soft rock de los 80's, a los fraseos vocales de la música de Cocteau Twins y a los momentos más etéreos del catálogo de Radiohead: la estructura de las canciones de piano, guitarra y percusiones se complementa con suaves taninos de cuerdas, vientos y teclados, creando atmósferas únicas.
Este disco fue ungido por la industria musical con Grammys hace dos semanas, y la razón para esos halagos se explica con su belleza.
Este disco fue ungido por la industria musical con Grammys hace dos semanas, y la razón para esos halagos se explica con su belleza.
Escucha: "Perth", "Holocene" y "Beth / Rest".
Si hay una banda de pop que se encuentre en los cuernos de la luna en este momento, es Foster the People. Este trío californiano construyó su fama en menos de seis meses, primero con un EP homónimo, y luego con Torches, el primer manifiesto de sus verdaderas intensiones. Algunos meses después, y tras tomar por asalto los espacios mainstream de todo tipo, conozco a pocas personas que no se los hayan topado en alguna fiesta; los escucho yo, los escuchan mi hermana y sus amigos, los escucha mi papá, e incluso se escuchan, contra cualquier pronóstico, junto a la deplorable oferta musical radial de mi ciudad. Estoy seguro de que han escuchado "Pumped Up Kicks", y si no, prendan su estación de radio payolera favorita, que ahí debe de aparecer.
Su sonido combina varias influencias que van desde el pop electrónico de los años 80's y 90's hasta la psicodelia californiana de los 60's. Torches es comercialmente más viable que el trabajo de bandas como MGMT y Phoenix, y con muchos trucos bajo la manga, como sonidos pegajosos de cultura pop, tonadas irresistibles, mucho ritmo y actitud exageradamente divertida. Sin embargo, se trata de un primer álbum con algunos bemoles que pueden ser descartables o flagrantes, según el gusto musical de cada escucha: es tan descarado que peca de ser poco ambicioso, y a veces se nota demasiado la mano de producción al recargarlo demás.
De todas maneras, es un disco que garantiza 40 minutos de recreación y gozo inigualables e inagotables.
De todas maneras, es un disco que garantiza 40 minutos de recreación y gozo inigualables e inagotables.
Escucha: "Helena Beat", "Pumped Up Kicks" y "Houdini".
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