diciembre 31, 2011

Especial: Top 20 Albums de 2011 (Parte 2: del 7 al 1)



Sigamos adelante con los mejores discos del 2011, antes de que el año se nos termine*. En la entrega anterior tuvimos divas mágicas, enfermos de lo acústico, cineastas sonoros y un genio de la música electrónica. Ahora repasaremos los mejores siete, los que para mí destacaron entre lo mejor.

¡Todos a bordo! Faltan las grandes maravillas en este viaje musical... Habrá sangre, estoy seguro...

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7) M83 - Hurry Up, We're Dreaming

Para hablar de música electrónica, es imposible no conocer lo que Francia ha legado al mundo en este género. Desde el legendario Jean Michel Jarre, pasando por AIR hasta Daft Punk. En esta nueva lista de dioses galos de los sintetizadores y las computadoras, debemos incrustar a Anthony Gonzalez, el hombre detrás de M83, cuya sexta placa, Hurry Up, We're Dreaming, es uno de los discos más ambiciosos y deliciosos del año. Me arrepiento profundamente que haberme perdido su espectáculo en el Corona Capital de este año.

Si le buscamos defectos, debemos hablar de su longitud; al ser un álbum doble, puede parecer demasiado para quien no gusta del género, pero vaya que cada canción lo vale. Conjunta muchas influencias, pero a grosso modo, recuerda a dream pop con detalles que remiten al new wave ochentero, con un poco de punk rock. Atmósferas llenas de optimismo, explosivo y contagiosamente bailable, con momento hermosamente introspectivos.

De haber sido más corto, hubiera sido perfecto, pero es un disco que se debe tener y donde todos encontrarán un tema favorito.

Escucha: "Midnight City", "Claudia Lewis" y "Steve McQueen".

6) Feist - Metals

Leslie Feist es una especie de Helena de Troya de la música, el tipo de chica lista que quisieras presentarle a tu madre en cualquier momento de tu vida, por la cual podrías vender tu reino sin importar las consecuencias. Para su quinto disco de estudio, Metals, Feist transita por caminos diferentes a los de sus trabajos anteriores, aquí no hay canciones pegajosas como "1 2 3 4", ni encontraremos rastros de sus inicios en el punk; con ayuda de los productores Chilly Gonzales y Mocky, ha logrado la que debe ser su placa más oscura y personal.

Inspirada por el blues, el jazz y el folk, Feist elaboró un disco lleno de detalles hermosos y de sorprendente creatividad. Cada track es una atmósfera y una emoción diferente, con arreglos caracterizados por su cuidado minimalismo. Percusiones, coros, arreglos de viento y cuerdas, todo ésto alrededor de un susurro profundo y los arpegios de una guitarra. Un catálogo de momentos llenos de melancolía y de una belleza irresistible.

¿Tú darías tu reino por Feist? Te advierto, vale la pena.

Escucha: "How Come You Never Go There", "The Circle Married the Line" y "Anti-Pioneer".

5) Wilco - The Whole Love

¿Qué se puede decir de Wilco que no se haya dicho antes? Si tengo que hablar de una banda norteamericana que defina la búsqueda incesante de experimentación bajo estándares constantes de virtuosismo técnico, los menciono sin pensarlo demasiado; si me apuran un poco, sólo Radiohead es tan innovador y ambicioso como esta banda. La octava placa de los hijos ilustres de Chicago, The Whole Love, nos demuestra una vez más que no necesitan de los grandes reflectores para cambiar los panoramas del rock alternativo.

Heterogéneo pero elegante y sin máculas, el álbum te lleva tanto por un optimismo arrollador como por los traumas paternales y existenciales más profundos de su líder, Jeff Tweedy. Sonidos electrónicos, distorsiones, ritmos juguetones y esas raíces omnipresentes de la banda en la música country y en los sonidos de la cultura americana, los cuales son perfectos y depurados en todo momento.

Escuchar este álbum puede provocar una obsesión crónica por la melódicamente impecable; quedan advertidos.

Escucha: "Art at Almost", "I Might" y "Dawned on Me".

4) Radiohead - The King of Limbs

Llegó el momento en el devenir de la historia que Radiohead dejó de estar más allá del bien y del mal; a los genios de Oxfordshire ya no le quedan los calificativos maniqueos, los han superado como parte de la creación su mito. En lo personal, tardé mucho en entender el Kid A (2000), el álbum que definió la década pasada antes de que ésta comenzara; cuando escuché In Rainbows (2007), supe que había encontrado un Aleph. Cuando algunos críticos dilapidaron The King of Limbs, el octavo capítulo del mito, simplemente tropezaron con la misma piedra; el rito había cambiado y las palabras sobran.

Las influencias de la electrónica, el jazz y la música clásica contemporánea siguen siendo el canon de referencia, junto a las cada vez más sincréticas raíces en el rock. Pocos logran imponer, con el éxito de Thom Yorke y compañía, las sensaciones por encima de la melodía, lo que vuelve a este opus tan hermoso y tan difícil de apreciar a la vez. La primera mitad del álbum tiende hacia la abstracción, es indefinible en sus partes y compleja en su forma; la segunda parte es mucho más atmosférica y tradicional, donde las guitarras y los ritmos simples predominan.

Es un disco complicado, pero para poder hablar sobre la música contemporánea, debes haber caminado antes la(s) ruta(s) de Radiohead.

Escucha: "Bloom", "Lotus Flower" y "Codex".

3) Girls - Father, Son, Holy Ghost

Christopher Owens y Chet "JR" White forman la entidad bicéfala conocida en el mundo de la música como Girls, ubicada en el centro de San Francisco. Después de darse a conocer con dos grabaciones anteriores, Album (2009) y Broken Dreams Club (2010), reunieron a tres músicos, el baterista Darren Weiss, el guitarrista John Anderson y el pianista Dan Eisenberg, para completar un tercer trabajo, el cual sería titulado Father, Son, Holy Ghost, el cual corrió bajo la producción de Doug Boehm.

Girls retoma una riquísima baraja de influencias musicales para moldear su embriagante sonido, desde la estética guitarrera del surf hasta las fibras vocales del gospel, pasando por el rock clásico, el stoner, el shoegaze, un poco de flamenco y atmósferas artesanales del progresivo. Como buenos californianos, se apegan a un sonido de rock pulcro y lleno de matices vocales e instrumentales; toda influencia cabe en una canción sabiéndola acomodar, y lo consiguen casi siempre. Su producción es intimista, sus cortes son familiares y empáticos; sus temáticas circulan alrededor de los perturbados recuerdos de Owens, así como de sus turbulentas relaciones con su madre y con ex-novias.

Un álbum digno para persignarse y creer, su fuerza es monstruosa y su belleza es arrebatadora, como el dragón rojo y la Virgen vestida de Sol.

Escucha: "Honey Bunny", "Die" y "Love Like a River"

2) PJ Harvey - Let England Shake

Cada vez que Polly Jean Harvey lanza una nueva producción, cualquier cosa puede esperarse. Para Let England Shake, su décimo disco de estudio, eligió instalarse en una iglesia de Dorset convertida en centro artístico junto con a sus músicos de confianza, John Parish y Mick Harvey, para grabar un catálogo de canciones de enorme carga crítica hacia la historia bélica del Reino Unido.

Este trabajo convirtió a PJ en la primer persona o banda en ganar el prestigioso Mercury Prize por segunda vez, y los argumentos críticos no están equivocados al decir que es el mejor álbum de su carrera, realizado en el cenit de la misma. Música etérea con poderosos bandazos de ritmo acelerado, acompañada por poderosa poesía, donde el sentimiento patriótico y la indignación por la muerte de guerra y la destrucción se encuentran contrapuestos en todo momento. Harvey construye los andamios de estas canciones en base a su camaleónica voz y a una autoarpa.

Más allá de sus bien redondeadas intenciones conceptuales, se trata de un disco pulido a la perfección.

Escucha: "The Last Living Rose", "The Words That Maketh Murder" y "Bitter Branches".


1) TV on the Radio - Nine Types of Light

Éste es el disco del año, y vaya que tuve un gran dilema entre cuatro para decidirme por uno. Irónicamente, éste fue el último de todo el recuento que escuché, y fue indiferente en un principio, hasta que, como una copa caliente de cognac, soltó todos sus secretos en mi oído hipnotizándome; debo admitirlo, terminé por darle la razón a una gran parte de los críticos y revistas que leo.

Hasta hace algunos meses, ignoraba de la carrera de TV on the Radio, pero con este álbum redimí tan grave pecado de omisión; ahora es cuestión de dar pasos hacia atrás con su trabajo más "pesado", que se expande por todos los 2000's. Por ahora hablemos de esta joya, Nine Types of Light, ¿por dónde empezar a hablar de lo que sólo se puede sentir?

Después de tres años de trabajo en proyectos alternos, Tunde Adebimpe, David Sitek, Kyp Malone, Gerard Smith (Q.E.P.D.) y Jaleel Bunton se reunieron para grabar la que sería la quinta placa de la banda. Pese al cáncer pulmonar que aquejó a Smith, bajista y tecladista, éste pudo terminar las grabaciones, pero murió nueve días después de la salida del álbum al mercado. La reacción fue tremenda, las críticas se han volcado alabando este disco por su cuidada producción, por sus momentos vocales, por la exploración de géneros y por las vanguardistas atmósferas que desarrolla.

Este trabajo es un crisol de lo mejor de muchos mundos, encarnado y expuesto en un tramado genial de vaivenes emocionales y rítmicos. Debe ser difícil configurar un sonido con influencias y estilos tan eclécticos, como el rock, el soul, el R&B, el trip-hop, el pop ambiental, el gospel y el jazz; TVOTR no se queda en el intento, sino que logra salirse con la suya en diez manifiestos de calidad y belleza abrumadora. Su equivalente en cine, según el crítico Sean O'Neal de A.V. Club, es Hiroshima Mon Amour de Alain Resnais, "trata sobre hacer el amor" en medio de un monumento de destrucción, donde todo acto creativo se resume en deseo.

Un disco melódico, cálido y refinado, que tiende hacia el crecendo rítmico, conformado por dos voces masculinas, Malone y Adebimpe, crooners de nuestros tiempos, amén de sorprendentes arreglos vocales e instrumentaciones nítidas. Semi-lento en lo general, pero con episodios llenos de movimiento; asentado en un punto medio entre lo mínimo y lo recargado, entre lo frenéticamente bailable y lo cadenciosamente oscilante, entre el optimismo y la melancolía, entre la reflexión y la pasión. NTofL es manantial, roca y cascada en un paisaje con maravillas ansiosas aún por ser exploradas.

Escucha: "Second Song", "Keep Your Heart", "Will Do" y "Caffeinated Consciousness"

* Actualización (Marzo 1 de 2012): Como expliqué en la primera parte de la entrada, agregué cinco albums más al conteo original. El link a la siguiente parte está aquí.

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