Temblor 15N: ¡Esta vez sí lo sentí!

El desliz de teclado de Marcelo Ebrard hecho meme...

Fiel a mi mala costumbre, estaba despierto a las tres de la mañana haciendo mis deberes; había que preparar las clases que iba a dar, tenía que organizar los temas y las actividades que iba a realizar. Terminé como siempre para tener el mayor tiempo posible para dormir, por lo que estaba guardando mis cosas en la maleta; sobre mi librero, estaba colgada la camisa recién planchada que me pondría en un rato. En mis audífonos sonaba una canción de Sara Bareilles, y estaba a punto de apagar la computadora.

De repente, empecé a sentir la sensación de un movimiento que me estaba afectando; estaba agotado, pero no al extremo de ponerme a temblar. Volteé hacia el librero, la camisa se mecía y las persianas estaban siguiendo su ritmo, así que me quité los audífonos y me dirigí hacia un punto de seguridad del departamento, el dintel de la puerta de mi habitación. El minuto de movimientos ocurrió casi en cámara lenta; estaba extrañado de que esta vez lo estaba sintiendo, pero contra pronóstico lo estaba tomando con calma; además, mi mamá y mi hermana seguían dormidas. Cuando el movimiento terminó, de inmediato me lancé al Twitter; el sismo había sacudido muchas partes del centro del país.

Como siempre, y pese a los deslices de teclado del primero, tanto Jefe de Gobierno saliente como el próximo, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, estaban al pendiente de que todo estuviera en orden. No faltaron las personas que fueron despertadas por el movimiento, las cuales estaban especulando de un movimiento telúrico de gran magnitud; todos nos llevamos la sorpresa de que sólo fueron 6.3 grados Richter (el del 85 fue de 8.1). La información llegaba de todos lados de la ciudad, reportando cortes de luz que se arreglaron en poco tiempo; lo más importante es que, una vez más, nadie murió. Mientras la televisión duerme, Twitter se convirtió en la herramienta por excelencia para los comunicados; la democracia noctámbula en 140 caracteres.

Después de cotorrear un rato en la red social del pajarito y reír con las ocurrencias de mis amigas y de algunas personas que sigo en mi timeline, me dormí con ganas de comenzar el nuevo día; el susto había pasado, todo estaba en orden, aún cuando la tierra se seguía moviendo.