Después de varios meses desde que inauguré esta sección, por fin les compartiré la segunda entrada de mi Top 20 de Álbums en Español. El trabajo elegido no necesita demasiada presentación, ya que se trata de uno de los trabajos clave para entender los caminos del rock mexicano, específicamente de las propuestas apegadas al ska como Panteón Rococó y Salón Victoria. Hablaremos del llamado Sgt. Pepper's del rock en español: El Circo (1991) de la Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio.
Formados en 1985, y oriundos del barrio bravo de Tacubaya, al poniente de la Ciudad de México, La Maldita fue, junto con Caifanes y Café Tacuba, una de las banda insignia de aquel movimiento conocido como Rock en tu Idioma. Aprovechando la apertura de espacios de difusión y mercado que el rock fue consiguiendo a finales de los años 80's en México, y con el éxito de su primer material homónimo (1989), la banda estableció un sonido diferente al de sus contemporáneos, cuyas raíces están en el ska caribeño. Su extracción meramente callejera, junto con su virtuosismo y carisma en el escenario les permitió hacerse de una base prominente de fans. La banda estaba compuesta por Sax en los metales, Pato en la guitarra, Lobito en las percusiones, Aldo en el bajo, Pacho en la batería y Roco, líder de la banda, en la voz.
El Circo, segundo álbum de la banda, salió al mercado en Septiembre de 1991, y su grabación fue dirigida por Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel. Los temas del disco fueron trabajados, según cuenta los integrantes de la banda, en distintas reuniones y lugares a lo largo de la ciudad, donde los integrantes pulieron hasta el cansancio cada tema; al final se quedaron con nueve canciones más un cover. En el momento que llegaron al estudio de grabación, se consolidó el concepto general del disco: la Ciudad de México es un gran circo, lleno de color y dolor, rico en contrastes y viñetas entre la vida diaria. En una entrevista reciente, Pato cita una frase de Fray Servando Teresa de Mier: "El asunto es trágico, mi genio es festivo", la cual engloba el espíritu de este disco.
El Circo ofrece dos lecturas, una sociológica y otra musical: Por un lado, las letras de las canciones señalan situaciones ejemplares de la vida urbana, cuya vigencia es, para bien y para mal, latente en nuestros días: desigualdad social, conflictos generacionales, migración, pobreza, espíritu festivo, choque cultural y romanticismo. Por otro lado, la música es un tramado de diferentes géneros, reflejo tanto de las influencias extranjeras como de las manifestaciones nacionales: el ska, el punk y el new wave chocan con el danzón, la balada, el bolero, el mambo y la música grupera. El resultado obtenido es el de un álbum heterogéneo, que se desliza entre el caos y el relajo, pero que alberga carácter y actitud a prueba de modas y tendencias.
La primera canción del álbum es "Pachuco", aderezada por sampleos de películas de Tin Tan, quien encarnó esta contracultura de los años 40's en el imaginario de la época dorada del cine mexicano. La canción plantea, en medio de los furiosos saxofones y el redoble de las guitarras, un encontronazo entre imaginarios generacionales de la juventud: el hijo punketo discute con el padre, quien aboga por la moralidad de su generación, pero que en sus tiempos fue pachuco y desafió su propia autoridad paternal. El ritmo acelerado recuerda al mambo que se bailaba en los filmes de la época, las líneas de bajo y los solos de guitarra le dan ese toque correoso que la caracteriza.
El segundo corte, para mí la mejor canción del trabajo, es "Un Poco de Sangre", la historia entrecruzada de Junior y Juan; el primero es el arquetipo de un joven privilegiado, sin consciencia y sin preocupaciones, que se siente invencible en su nuevo automóvil blanco; el segundo es un niño de calle que trabaja limpiando parabrisas. Las historias se cruzan de golpe, cuando el grito del niño golpeado por el auto derrocha la sangre y presenta el lastre de la injusticia. Se trata de una canción furiosa, llena de ritmo y de poder, donde el rasgueo de la guitarra, el bajo y la sección de metales son sobresalientes.
"Toño" fue, en su momento, el primer sencillo del disco, una pieza de cadencioso reggae que puede ser leída como una acuarela del ambiente cotidiano de una cuadra popular citadina, aderezado por la trompeta de un músico callejero que, como el flautista de Hamelin, encanta a quien lo escucha: los niños que juegan en la calle, los puestos mercantiles, la música popular, los animales y la gente. Su antítesis rítmica es "Solín", el tema cuatro, que entre su punk desbordado y guiños a la música oriental, nos muestra la historia de un hombre que, por la necesidad de ganarse la vida, se convierte en un fakir de feria; el riff de guitarra del intro es inconfundible, y podemos disfrutar a los metales en su mejor momento durante la grabación.
Continúa el álbum con la que debe ser su canción más pop, "Kumbala", un danzón que rinde tributo a los burdeles de bajo mundo, donde el amor comprado y la sensualidad rítmica se encuentran sublimemente retratados. Sin duda, es el mejor momento letrístico del álbum: la canción ilumina el ambiente, sus juegos de sombras, sus aromas y sus sabores; un ambiente sórdido, luces de neón, texturas satinadas, calor corporal, alcohol y perfumes entremezclados, todo perfectamente representado en cuatro minutos y medio. Aquí se pueden escuchar hermosas percusiones, destellos de guitarra acústica y la trompeta de Sax con sordina, otorgando ese sonido tan característico a la canción.
Con grabaciones de tianguis callejero inicia "Un Gran Circo", una narrativa que describe a detalle la marginación de la ciudad, en contraste con su atmósfera de alegría; Roco, en calidad de guía, señala a los espectadores cada escena, al niño vestido de payaso, al fakir que escupe fuego, los semáforos y el color, aunque reclama también la indiferencia de sus escuchas. El ska se encuentra aquí en su manifestación más pura, pero no por eso carente de empatía. El siguiente tema, "Pata de Perro", es la crónica fragmentada de un taxista que, según las historias de su cuadrilla, dejó su trabajo para viajar y conocer el mundo, aunque no se sabe con certeza si todo eso fue cierto. El ritmo recuerda al de la música tropical, gracias a sus percusiones aceleradas y a la sencillez de las guitarras, aunque también suena como un son huasteco.
El octavo track es "Crudelia", el divertido recuento de daños de una noche de fiesta y borrachera, donde Roco, el protagonista, trata de hilar sus recuerdos con los malestares de su terrible resaca. El ritmo frenético de la canción parece provenir de una sesión de improvisación, donde es difícil distinguir si se trata de una canción de ska o una de punk. A este tema sigue "Mare", un bolero electrificado que narra la historia de un yucateco que visita a sus parientes de la Ciudad de México, donde se encuentra con un choque de costumbres y ambientes que lo llevan a querer regresar a su amada Yucatán. Esta canción está aderezada por "bombas" yucatecas, coplas recitadas por el compositor Armando Manzanero y por el escritor Carlos Monsiváis.
Después de un outro de quince segundos, "Otra", viene la canción que cierra el disco, cover de una de las canciones más reconocidas del cantautor Juan Gabriel, "Querida", convertida en una balada ska acelerada pero empalagosa como la original, aunque mucho más rítmica. Aquí la Maldita se ha desinhibido por completo, dejando atrás formalidades para adentrarse en un terreno más lúdico y popero, retomando una canción altamente popular de un artista que aún era considerado, en aquellos momentos, como populachero y de mal gusto. El cover está bien logrado, es divertido y junta lo mejor de dos mundos que parecieran, de primera oída, remotos.
El Circo fue un éxito rotundo, que vendío más de un millón de copias en México y que se posicionó en un clásico vivo de la música popular mexicana. Con este trabajo, la Maldita abrió puertas que antes fueron inconcebibles para las bandas de su género en radio, prensa y televisión, amén de un extenso tour por México, América Latina, Estados Unidos y algunos sitios de Europa, la legendaria Gira Pata de Perro. Tan magnífico fue este disco que la agrupación no logró duplicar su calidad y éxito comercial en sus placas posteriores; en 2011, luego de más de 25 años de trayectoria, la banda se separó, debido a diferencias con Roco, líder social e intelectual de la banda.
Sin embargo, queda para la posteridad El Circo, un trabajo indispensable para quien desee conocer a profundidad los cambios musicales y sociales de finales de los 80's y principios de los 90's. Un disco que ha vencido con creces al tiempo, que aún hoy suena fresco e innovador; sin duda, es un disco que todo hispanohablante debe escuchar al menos una vez.
Tracklist:
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Para mí, este álbum tiene un significado muy especial, pues se trata de uno de los primeros que escuché cuando era niño. Recuerdo que mi papá lo tenía en cassette, y que lo ponía constantemente en el tocacintas del coche que teníamos en aquellos días. Este primer acercamiento se complementó con aquellos discos de Diez Años: Rock en tu Idioma que salieron al mercado por ahí de 1998, y que me enseñaron a la gran mayoría de las bandas de rock latinoamericanas y españolas que al día de hoy sigo descubriendo.
La primera canción del álbum es "Pachuco", aderezada por sampleos de películas de Tin Tan, quien encarnó esta contracultura de los años 40's en el imaginario de la época dorada del cine mexicano. La canción plantea, en medio de los furiosos saxofones y el redoble de las guitarras, un encontronazo entre imaginarios generacionales de la juventud: el hijo punketo discute con el padre, quien aboga por la moralidad de su generación, pero que en sus tiempos fue pachuco y desafió su propia autoridad paternal. El ritmo acelerado recuerda al mambo que se bailaba en los filmes de la época, las líneas de bajo y los solos de guitarra le dan ese toque correoso que la caracteriza.
El segundo corte, para mí la mejor canción del trabajo, es "Un Poco de Sangre", la historia entrecruzada de Junior y Juan; el primero es el arquetipo de un joven privilegiado, sin consciencia y sin preocupaciones, que se siente invencible en su nuevo automóvil blanco; el segundo es un niño de calle que trabaja limpiando parabrisas. Las historias se cruzan de golpe, cuando el grito del niño golpeado por el auto derrocha la sangre y presenta el lastre de la injusticia. Se trata de una canción furiosa, llena de ritmo y de poder, donde el rasgueo de la guitarra, el bajo y la sección de metales son sobresalientes.
"Toño" fue, en su momento, el primer sencillo del disco, una pieza de cadencioso reggae que puede ser leída como una acuarela del ambiente cotidiano de una cuadra popular citadina, aderezado por la trompeta de un músico callejero que, como el flautista de Hamelin, encanta a quien lo escucha: los niños que juegan en la calle, los puestos mercantiles, la música popular, los animales y la gente. Su antítesis rítmica es "Solín", el tema cuatro, que entre su punk desbordado y guiños a la música oriental, nos muestra la historia de un hombre que, por la necesidad de ganarse la vida, se convierte en un fakir de feria; el riff de guitarra del intro es inconfundible, y podemos disfrutar a los metales en su mejor momento durante la grabación.
Continúa el álbum con la que debe ser su canción más pop, "Kumbala", un danzón que rinde tributo a los burdeles de bajo mundo, donde el amor comprado y la sensualidad rítmica se encuentran sublimemente retratados. Sin duda, es el mejor momento letrístico del álbum: la canción ilumina el ambiente, sus juegos de sombras, sus aromas y sus sabores; un ambiente sórdido, luces de neón, texturas satinadas, calor corporal, alcohol y perfumes entremezclados, todo perfectamente representado en cuatro minutos y medio. Aquí se pueden escuchar hermosas percusiones, destellos de guitarra acústica y la trompeta de Sax con sordina, otorgando ese sonido tan característico a la canción.
Con grabaciones de tianguis callejero inicia "Un Gran Circo", una narrativa que describe a detalle la marginación de la ciudad, en contraste con su atmósfera de alegría; Roco, en calidad de guía, señala a los espectadores cada escena, al niño vestido de payaso, al fakir que escupe fuego, los semáforos y el color, aunque reclama también la indiferencia de sus escuchas. El ska se encuentra aquí en su manifestación más pura, pero no por eso carente de empatía. El siguiente tema, "Pata de Perro", es la crónica fragmentada de un taxista que, según las historias de su cuadrilla, dejó su trabajo para viajar y conocer el mundo, aunque no se sabe con certeza si todo eso fue cierto. El ritmo recuerda al de la música tropical, gracias a sus percusiones aceleradas y a la sencillez de las guitarras, aunque también suena como un son huasteco.
El octavo track es "Crudelia", el divertido recuento de daños de una noche de fiesta y borrachera, donde Roco, el protagonista, trata de hilar sus recuerdos con los malestares de su terrible resaca. El ritmo frenético de la canción parece provenir de una sesión de improvisación, donde es difícil distinguir si se trata de una canción de ska o una de punk. A este tema sigue "Mare", un bolero electrificado que narra la historia de un yucateco que visita a sus parientes de la Ciudad de México, donde se encuentra con un choque de costumbres y ambientes que lo llevan a querer regresar a su amada Yucatán. Esta canción está aderezada por "bombas" yucatecas, coplas recitadas por el compositor Armando Manzanero y por el escritor Carlos Monsiváis.
Después de un outro de quince segundos, "Otra", viene la canción que cierra el disco, cover de una de las canciones más reconocidas del cantautor Juan Gabriel, "Querida", convertida en una balada ska acelerada pero empalagosa como la original, aunque mucho más rítmica. Aquí la Maldita se ha desinhibido por completo, dejando atrás formalidades para adentrarse en un terreno más lúdico y popero, retomando una canción altamente popular de un artista que aún era considerado, en aquellos momentos, como populachero y de mal gusto. El cover está bien logrado, es divertido y junta lo mejor de dos mundos que parecieran, de primera oída, remotos.
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Sin embargo, queda para la posteridad El Circo, un trabajo indispensable para quien desee conocer a profundidad los cambios musicales y sociales de finales de los 80's y principios de los 90's. Un disco que ha vencido con creces al tiempo, que aún hoy suena fresco e innovador; sin duda, es un disco que todo hispanohablante debe escuchar al menos una vez.
Tracklist:
- Pachuco
- Un Poco de Sangre
- Toño
- Solín
- Kumbala
- Un Gran Circo
- Pata de Perro
- Crudelia
- Mare
- Otra
- Querida
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