Enséñame a besarte, a conocer el universo ubicuo de tu misterio,
noche oscura como los ojos que me miran con el detenimiento
de una estatua de sal, como el sonoro destello de los aromas
que secretan los dulces poros de tu desnudez.
Enséñame a besarte, retando a la memoria de mis labios,
deseosos de sorber cada pliegue, cada curva, cada valle;
el viento de mi sed refrescará la lava que arde,
tierra en llamas al acecho de un huracán.
Enséñame a besarte, liturgia fantástica de mis soledades,
centuria letárgica de mis más apasionados instantes
que no terminan de iniciar, sino que se expanden
más allá de los universos temporales.
Enséñame a besarte, que sólo soy un pequeño hombre
perdido en tu infinitud femenina de pan y sangre,
atrapado en tu corazón de compleja orografía
y adicto enloquecido al color de tu sonrisa.
Con un beso tuyo, tan tuyo, aprendería
los atajos a los secretos de tu vida.
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Judith Eisler (1962)
"Fay & Steve (3)" (2007)
Óleo sobre tela, 101.6 x 76.2 cm
Colección Particular |
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