octubre 06, 2011

In Memoriam: Steve Jobs (1955 - 2011)

"Una computadora es la herramienta más importante que jamás
idearemos, es una bicicleta para nuestra mentes".
Steve Jobs (1955 - 2011)

En la historia de la humanidad, son muchos los hombres que han logrado cambiar nuestra forma de vivir, ver y movernos en el mundo desde la trinchera de la ciencia y la tecnología. Todo empezó cuando Nicolás Copérnico demostró nuestra pequeñez en la existencia; poco después, Isaac Newton descubrió las leyes que rigen nuestro Universo. Llegaron en el siglo XIX Thomas Alva Edison y Alexander Graham Bell, quienes crearon invenciones maravillosas que parecían insuperables; además, los hermanos Wright y Alberto Santos-Dumont nos mostraron que podíamos volar, mientras Henry Ford aceleró nuestros pasos a través de la tierra. Se trataba de un principio...

La era nuclear y la batalla de las superpotencias en la Guerra Fría derivó en una nueva ola de innovaciones sorprendentes. El invento por excelencia de la segunda mitad del siglo XX fue la computadora. Estos dispositivos apoyaron a las grandes potencias en el rubro militar, la inteligencia y la tecnología espacial; con el tiempo, se hicieron más pequeñas y comenzaron a realizar acciones y operaciones cada vez más complejas. El siguiente paso era llevar esa tecnología a una mayor cantidad de personas, lo cual comenzó en lugares pequeños, en circuitos de aficionados.

Hubo tres pioneros principales que, desde sus trincheras, comenzaron a concebir esa utopía llamada microinformática: Si bien Xerox había creado los primeros prototipos de computadora personal como la Alto, y Bill Gates, de Microsoft, fue el primero que demostró que cualquier familia podría tener una en casa al masificar un lenguaje de programación, los primeros en lograr aquel sueño fueron Steve Jobs y Steve Wozniak, de Apple. "Woz" era el programador, el que manipulaba los lenguajes y el software, mientras que Jobs sería el alquimista que concebiría en toda su extensión la magia de la informática, lo cual marcaría al mundo para siempre y para bien. Apple II, la primera computadora personal producida en masa, sólo fue el primer paso hacia la montaña que hoy conocemos y vivimos; la Lisa y la Macintosh llegarían después.

*****

Ayer, Octubre 5 de 2011, Steve Jobs, el visionario de creatividad ilimitada y visión hacia el futuro, el gran showman de las presentaciones espectaculares de productos Apple, el hombre de jeans, tenis y cuello de tortuga, exhaló su última bocanada de genialidad, vencido por el cáncer pancreático que lo demacró desde 2004. Irónicamente, la enfermedad de Jobs coincidió con la época dorada de la empresa que llevó a lo más alto de su rubro.

Más de tres décadas de innovación asociada a su nombre van más allá de lo meramente técnico: gracias a Jobs, la comunicación y la interacción de las personas en el mundo es otra. Revolucionó la computación mediante el diseño, volviéndola mucho más práctica, sencilla y humana. Abrió el panorama a nuevas formas de obtener y ver información en Internet, creó plataformas para la creatividad y para el ocio de las personas. Nos mostró un nuevo concepto de hombre emprendedor, encarnado en su personalidad arrolladora y en sus invenciones.

Detrás de él, un mundo de expertos realizaba sus ideas, encarnaba sueños cada vez más ambiciosos: la animación por computadora de Pixar, el reproductor musical iPod, la plataforma multiusos que está cambiando al mundo llamada iPad, una navaja suiza de funciones en un teléfono celular llamada iPhone, las siempre innovadoras computadoras Mac, la tienda de música por Internet más dominante del mundo, iTunes... Un largo etcétera, nada mal para un hombre de talante pasivo, formas de ser sencillas y marcada timidez, cuya gran virtud fue la de "pensar diferente", un paso adelante a los demás.

Newton vio la manzana caer, Jobs nos enseñó a levantarla y a masticarla, para lograr saborear cada gota de su jugo. Su legado aceleró los caminos de la humanidad a rincones donde muy pocos han soñado; llegar a la Luna y tocar las estrellas es posible desde una azotea. Steve Jobs fue uno en un millón, fue capaz de todo lo que dejó y de muchísimo más, y todos los que hemos usado productos de Apple sabemos los porqués.

Descanse en paz...

2 comentarios:

  1. Franz,
    He venido de visita a tu blog y me he encontrado con un espacio increíble. Si no tienes inconveniente, me dedicaré un rato a explorar todos sus rincones y a leerte con una buena taza de café acompañándome.

    Me conmovieron tus palabras sobre nuestro Steve. A mi también me sacudió su muerte y no dejaré de extrañar la genialidad de su existencia.

    Un abrazo y mucho gusto. Te invito a tomar un café a mi blog cuando gustes. Por allá te espero.

    Claudia

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  2. Hola Claudia. Sé bienvenida... Te agradezco mucho la visita. Un abrazo...

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