Es buen momento para hablar de uno más de mis discos favoritos, y espero armar polémica con esta elección. He elegido el que es, en mi opinión, uno de los discos más infravalorados de la historia de la música en los últimos 20 años. Un álbum que ha levantado cualquier cantidad de pasiones y polémicas alrededor de sus creadores, sus fans y los críticos. Me refiero al Wild Mood Swings (1996) de The Cure.
Tengo cualquier cantidad de justificaciones para mi elección, e igual número de aclaraciones. Con esta reseña me estoy imponiendo un desafío personal derivado de lo antes dicho sobre este disco, el cual ha sido catalogado como flojo, denso, confuso, mediocre y aburrido; incluso hay quienes se atreven a marcarlo como "el principio del fin" de la banda. Hay razones personales detrás de mi gusto hacia este material: con él conocí a The Cure, y fue mi motivación para dar mis tímidos pasos hacia atrás en su discografía; además, éste fue de los primeros discos en inglés que escuché, y el primero al que recurrí para aprender el idioma.
En pocas palabras, no se trata del mejor disco de The Cure, pero me gusta, y para mí eso es algo muy importante, sin quitarle por eso el mérito que tienen Disintegration o Pornography. Sin más preámbulos, permítanme su atención. Espero que mis palabras los lleven a conocer este disco y a considerar su valor y su estética.
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Wild Mood Swings es un tema polémico en la historia de The Cure, sobre el cual se sigue debatiendo con fervor. Cada vez que he escuchado o leído críticas negativas a este disco, he encontrado factores en común: la falta de éxito comercial y el desapego a la "esencia" de la banda de Robert Smith y compañía: una tensión entre el rock gótico de letras atormentadas y oscuras con la explosión de genialidad pop, bajo atmósferas tildadas entre lo oscuramente nostálgico y lo brillantemente psicodélico. Tratar de hablar de una "esencia" en una banda significa tratar de imponer una vara con la cual será medido cualquier trabajo nuevo de ésta, creando una resistencia a cualquier tipo de cambio o experimentación.
Recordemos, como ejemplo, el jaleo que se armó con The Dark Side of the Moon de Pink Floyd cuando fue retomado y deconstruído por los Flaming Lips y compañía: se dilapidó a la banda de Oklahoma por haber "profanado" un monolito intocable de la música, esa "obra esencial" de la cultura popular, con injurias provenientes de pasiones fanáticas, peores que golpear a Jesús o a la Virgen María. Algo parecido pasó cuando salió al mercado Wild Mood Swings, pero en el interior de una banda que sufrió muchos cambios en su interior en los años anteriores.
The Cure ha cambiado de integrantes en diferentes etapas de su historia, siendo el líder, compositor principal y tótem de la banda, Robert Smith, el único que ha permanecido en ella desde sus inicios. En ese momento hubo dos cambios importantes: salieron el guitarrista Porl Thompson y el baterista Boris Williams; el tecladista Roger O'Donnell regresó a la agrupación, lo cual provocó el cambio del zurdo Perry Bamonte hacia las guitarras. Smith, como siempre, cantante y guitarrista con Simon Gallup en el bajo.
Durante la grabación de Wild Mood Swings, se auditó a cuatro bateristas, cuyas grabaciones quedaron en la placa final, siendo Jason Cooper el que se quedó con la vacante al ser elegido entre Ronald Austin, Louis Pavlou y Mark Price. La ausencia de un percusionista permanente se unió a otros contratiempos: Simon Gallup se vio forzado a retirarse por unos meses por problemas de salud, tiempo que fue utilizado por Smith para persuadir a O'Donnell para que se reintegrara a la banda y para grabar las primeras maquetas del álbum con Bamonte.
Bajo este contexto, el de una banda en plena transición, se comenzó a formar un nuevo álbum de The Cure en 1995, el cual sería terminado a principios del año siguiente para salir a las tiendas en Mayo. A diferencia de los álbums anteriores, en donde Robert Smith fue el amo y señor de las decisiones finales como selección de temas y arreglos, aquí se permitió una participación más proactiva de los miembros de la banda. El resultado de que Smith diera su brazo a torcer para las ideas de este álbum refleja una intención para cambiar el sonido de la banda, pero volvió al resultado final una mezcla heterogénea de sonidos, ritmos, temáticas y estilos. El crítico musical de AllMusic, Stephen Tomas Erlewine, menciona una palabra para apuntalar un disco tan diverso y con la cual concuerdo: convicción, valor que se ve reflejado en gran parte de las canciones.
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Entre mucha distorsión, una línea de bajo centelleante, un arreglo de cuerdas y un lick insistente de guitarra, el álbum arranca con "Want", un canto desesperado sobre los vacíos de querer cosas materiales y pasajeras, en donde la esperanza y el tiempo son lo único que no se tendrá. La voz de Smith adquiere dimensiones de pesadez sobresalientes en medio de ese sonido espeso y sórdido, como relámpagos en nubes espesas. El segundo tema, "Club America", uno de los grandes momentos del álbum, reitera en la actitud del track anterior, adheriendo momentos memorables con la batería de Louis Pavlou y el solo de Gallup. Aquí, Robert engrosa su voz para contar un pasaje onírico que critica al ambiente vacío y engañoso del jet set neoyorkino.
El disco continúa con "This is a Lie", una pieza donde el rasgueo de una guitarra se acompaña con otro gran momento de cuerdas y percusiones para hablar sobre las dificultades de elegir amar a una persona por encima de otras; una canción que hay que escuchar con atención por la métrica de sus palabras. "The 13th" es otra canción interesante y sui generis en el catálogo de The Cure, la cual ha sido descrita como un momento lounge con trompetas de mariachi, donde las guitarras otorgan profundidad y las percusiones aspiran a ser ritmos latinos cadenciosos. La sensualidad de ese ambiente logra transmitir el mensaje de la letra, una historia de tropical pasión pasajera en algún club nocturno con su respectiva sensación de culpa.
Siguiendo con la línea de los encuentros casuales, "Strange Attraction" es una historia de cartas entre Robert y una admiradora, con la cual hay cierta empatía que lleva a un encuentro en vivo, pero que es solamente una obsesión pasajera que nunca funcionará. De nueva cuenta, escuchamos grandes dosis de percusiones, teclados juguetones y la voz de Smith llena de garbo. El sexto track, "Mint Car" recuerda a "Friday I'm in Love", ya que es otro de los grandes momentos poperos de The Cure; una road song donde el amor está en el aire con toda su dulzura.
Después de estos bandazos de alegría, el álbum de repente regresa a los pasajes oscuros y a las letras llenas de referencias: "Jupiter Crash" es un track de pérdida de amor en analogía con un evento astronómico donde un cometa chocó con el planeta Jupiter. El ambiente que crean las guitarras es sublimemente desolador, lleno de oscuridad y dolor. "Round & Round & Round" es un tema demasiado autoreferencial, donde la banda ventila gran parte de su agotadora relación y los problemas para compaginar sus ideas creativas; sin duda, la canción más débil del trabajo.
"Gone!", el noveno corte, es un punto de absoluta genialidad, donde la banda demuestra un gusto poco conocido hacia el jazz y sus complejas composiciones. El piano y los metales, destacando el solo de trombón, otorgan optimismo a un mensaje simple: la vida es muy corta y hay que ir a buscarla, sin quejas y sin pretextos. El siguiente tema, "Numb" es la otra cara de la moneda, amén de un tema a destacar por su excelente manufactura, en donde las guitarras, la cuerdas y la colosal línea de bajo se combinan con sonidos de la música india clásica: sitar, shehnai y violín. La canción habla de una persona que no quiere saber nada del mundo por su adicción a las drogas, las cuales son su mayor pasión.
El onceavo tema, "Return", vuelve a recurrir a los arreglos con metales y al ritmo acelerado, aunque ahora enfocados a otro bello momento pop, donde la banda habla de una relación que aparentemente es maravillosa pero en donde hay algo raro que no parece concordar. "Trap", por otro lado, es un monólogo de una persona que está en medio de una relación masoquista de la cual quiere salir, donde la pareja ha impuesto cualquier cantidad de condiciones y altibajos en la relación. Aquí, The Cure retoma esas atmósferas rockeras que reinaron en los primeros dos tracks del material.
Wild Mood Swings termina con dos temas desgarradores y llenos de misterio. "Treasure", una joya olvidada más de la banda, puede ser una carta de suicidio, un epitafio o una súplica del ser amado en fuga. El mensaje es claro, tal cual fuese el caso: recordar solamente los momentos bellos o condenar al olvido, aún cuando los primeros hayan sido pocos. Finalmente, "Bare" es la despedida de un amor que terminó, en donde Robert interpreta a la parte que terminó esa relación, pero que más amó y más sufrió el dolor de esa separación, y que se promete a sí mismo nunca olvidar.
Sin duda, se trata de un álbum heterogéneo, confuso como entidad y lleno de constrastes, pero que posee momentos muy disfrutables. The Cure pasó un momento difícil de experimentación e innovación durante los 90's, al igual que muchas bandas consagradas en la década anterior como U2, R.E.M. y Metallica; tengo esperanza de que en algunos años, con más distancia histórica y bagaje musical, muchos de esos trabajos se revalore con otra dimensión. Por ahora, les dejo mi aporte a lo que podría ser un debate fructífero y apasionante.
Tracklist:
El disco continúa con "This is a Lie", una pieza donde el rasgueo de una guitarra se acompaña con otro gran momento de cuerdas y percusiones para hablar sobre las dificultades de elegir amar a una persona por encima de otras; una canción que hay que escuchar con atención por la métrica de sus palabras. "The 13th" es otra canción interesante y sui generis en el catálogo de The Cure, la cual ha sido descrita como un momento lounge con trompetas de mariachi, donde las guitarras otorgan profundidad y las percusiones aspiran a ser ritmos latinos cadenciosos. La sensualidad de ese ambiente logra transmitir el mensaje de la letra, una historia de tropical pasión pasajera en algún club nocturno con su respectiva sensación de culpa.
Siguiendo con la línea de los encuentros casuales, "Strange Attraction" es una historia de cartas entre Robert y una admiradora, con la cual hay cierta empatía que lleva a un encuentro en vivo, pero que es solamente una obsesión pasajera que nunca funcionará. De nueva cuenta, escuchamos grandes dosis de percusiones, teclados juguetones y la voz de Smith llena de garbo. El sexto track, "Mint Car" recuerda a "Friday I'm in Love", ya que es otro de los grandes momentos poperos de The Cure; una road song donde el amor está en el aire con toda su dulzura.
Después de estos bandazos de alegría, el álbum de repente regresa a los pasajes oscuros y a las letras llenas de referencias: "Jupiter Crash" es un track de pérdida de amor en analogía con un evento astronómico donde un cometa chocó con el planeta Jupiter. El ambiente que crean las guitarras es sublimemente desolador, lleno de oscuridad y dolor. "Round & Round & Round" es un tema demasiado autoreferencial, donde la banda ventila gran parte de su agotadora relación y los problemas para compaginar sus ideas creativas; sin duda, la canción más débil del trabajo.
"Gone!", el noveno corte, es un punto de absoluta genialidad, donde la banda demuestra un gusto poco conocido hacia el jazz y sus complejas composiciones. El piano y los metales, destacando el solo de trombón, otorgan optimismo a un mensaje simple: la vida es muy corta y hay que ir a buscarla, sin quejas y sin pretextos. El siguiente tema, "Numb" es la otra cara de la moneda, amén de un tema a destacar por su excelente manufactura, en donde las guitarras, la cuerdas y la colosal línea de bajo se combinan con sonidos de la música india clásica: sitar, shehnai y violín. La canción habla de una persona que no quiere saber nada del mundo por su adicción a las drogas, las cuales son su mayor pasión.
El onceavo tema, "Return", vuelve a recurrir a los arreglos con metales y al ritmo acelerado, aunque ahora enfocados a otro bello momento pop, donde la banda habla de una relación que aparentemente es maravillosa pero en donde hay algo raro que no parece concordar. "Trap", por otro lado, es un monólogo de una persona que está en medio de una relación masoquista de la cual quiere salir, donde la pareja ha impuesto cualquier cantidad de condiciones y altibajos en la relación. Aquí, The Cure retoma esas atmósferas rockeras que reinaron en los primeros dos tracks del material.
Wild Mood Swings termina con dos temas desgarradores y llenos de misterio. "Treasure", una joya olvidada más de la banda, puede ser una carta de suicidio, un epitafio o una súplica del ser amado en fuga. El mensaje es claro, tal cual fuese el caso: recordar solamente los momentos bellos o condenar al olvido, aún cuando los primeros hayan sido pocos. Finalmente, "Bare" es la despedida de un amor que terminó, en donde Robert interpreta a la parte que terminó esa relación, pero que más amó y más sufrió el dolor de esa separación, y que se promete a sí mismo nunca olvidar.
Sin duda, se trata de un álbum heterogéneo, confuso como entidad y lleno de constrastes, pero que posee momentos muy disfrutables. The Cure pasó un momento difícil de experimentación e innovación durante los 90's, al igual que muchas bandas consagradas en la década anterior como U2, R.E.M. y Metallica; tengo esperanza de que en algunos años, con más distancia histórica y bagaje musical, muchos de esos trabajos se revalore con otra dimensión. Por ahora, les dejo mi aporte a lo que podría ser un debate fructífero y apasionante.
Tracklist:
- Want
- Club America
- This is a Lie
- The 13th
- Strange Attraction
- Mint Car
- Jupiter Crash
- Round & Round & Round
- Gone!
- Numb
- Return
- Trap
- Treasure
- Bare
En mi opinion , el disco es bueno aunque no es sincero.
ResponderEliminarAdmito que hay algunos momentos que el disco es pretencioso, pero hay grandes instantes de sinceridad. Otra vez, no se trata de un trabajo uniforme...
ResponderEliminarLe tengo especial cariño a este disco,lo que mas me gusta de el es que hay muchas canciones densas con ese sonido "cure" tan magico.Es ponerse Treasure y Bare subtituladas en youtube y siempre se me salta una lagrima,que facilidad para conmover tienen estos chicos.
ResponderEliminarEsa absoluta melancolía... Snif!!!
ResponderEliminarEl disco es simplemente genial, a pesar que a muchos no les guste. La cancion Numb yo la entiendo como una persona que se aferra a las drogas no por que sea su mayor pasion sino por que eso le permite salirse del mundo y dejar de pensar y sentir.
ResponderEliminarTu interpretación es válida y muy coherente. Me da gusto saber que hay personas a las que les gusta este álbum...
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