agosto 13, 2011

Recuerdo Borroso #2: "El Rey León"

Hakuna Matata, una forma de ser...

Hoy fui a ver "El Rey León" en 3D con mi mamá y mi hermana.

Como han de saber, se trata de una de las tantas películas que Disney sacó en los años 90's (periodo que llaman el renacimiento de las películas animadas realizadas por la empresa de Mickey Mouse). La película de la que aquí me ocupo salió específicamente en 1994, y hoy salió en el formato de tercera dimensión por primera vez en los cines mexicanos.

"El Rey León" marcó mi infancia, y aún hoy la recuerdo con alta estima. Se ha hablado en demasía sobre los premios Oscar que ganó, de que si la música es una obra de arte aparte, de si plagia elementos del anime "Kimba el León Blanco", de si tiene mensajes subliminales o sobre la inspiración que la historia cita del Hamlet de Shakespeare, de historias bíblicas y de tradiciones orales africanas; para mí sigue siendo, más allá de saber lo anterior, en una película para niños paradigmática.

Lo que más me impactó, quizás por el horario o por la película en sí, fue la cantidad de personas de alrededor de 25 años que estaban ahí, y que cuando salió la película eran pequeños. Había bastante buena entrada y los niños eran pocos en la sala; llegamos temprano, nos sentamos en buen lugar. A nuestro lado había una pareja, él le dijo a ella "cuando esta película salió, yo tenía 8 años"; historias como ésas hubo en las salas de los cines de gran parte de la ciudad...

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Y la mía no es la excepción. Recuerdo que mis padres me llevaron con 5 años a ver "El Rey León" en una sala de Cinema Gemelos que había en Toluca, en Avenida Lerdo, muy cerca del Cosmovitral y de la Plaza del Carmen. En la Toluca de aquellos tiempos, aún no existían las grandes salas de cine que empezamos a conocer pocos años después, eran años de salas pequeñas donde apenas y se pasaban una o dos películas. Me es bastante borroso tratar de recordar cuál era la otra película que se estaba pasando en ese momento, pero me queda claro que en la Sala 2 de ese cine, estaba "El Rey León".

El detalle, del cual mis padres aún me hacen mucha burla, fue que lloré en la escena en la que muere Mufasa, el papá del joven Simba, después de haberlo salvado de la emboscada de antílopes que tendieron Scar y las hienas. Sentía que la pantalla era tan grande que pensaba que se me venía encima, recuerdo que preguntaba entre lágrimas por qué había muerto Mufasa, recuerdo que mi mamá se llevó a la puerta de la sala para tranquilizarme. Pude ver la película, la disfruté mucho, como todo niño, quería ser como Simba, un cachorro aventurero e inmaduro, que como buen personaje de Disney, amaba cantar y divertirse; quería tener una novia como Nala y amigos como Timón y Pumba. También me acordé de que la voz cantante del joven Simba estuvo a cargo de Kalimba, cuya reputación ha sido tan turbulenta a lo largo de este año.

Evadí la película, quizá sin intención, hasta mis años de adolescente; gracias a las bromas que mis tías y mis primos me hacían para abochornarme, negué por mucho tiempo esto. Afortunadamente, algo que he aprendido en los últimos años es a reírme de mí mismo y a tomarme las cosas con menos seriedad. Ya viviendo aquí en el De-Efe, y gracias a las entonces innovadoras bondades del DVD, volví a ver la película cuando estaba en la preparatoria. Me fijé que aquellos colores eran más brillantes, que se veían detalles que nunca pensé ver, que el sonido era mucho más prístino y que las canciones eran más bellas de lo que recordaba. Esa vez me conmovieron otras escenas: lloré con la legendaria introducción, "El Ciclo Sin Fin (Circle of Life)" y con la parte en la que Simba se reencuentra con el espíritu de su padre. Me había prometido no chillar esa vez, pero no pude, las escenas son demasiado apoteósicas como para ser indiferentes hacia ellas.

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Hoy fui de nuevo a reencontrarme con aquellos días en los cuales fui niño, aunque esta vez la novedad era el efectro tridimensional, la cual llevó esta experiencia al siguiente nivel. Disfruté mucho, pero esta vez no brotaron lágrimas, aún cuando escucho el coro africano del inicio siempre se me mueven las fibras del cuerpo. Fue muy agradable, aunque he visto la película varias veces, la novedad estuvo en los efectos visuales y en los dibujos mejorados; me di cuenta de una cantidad de detalles que nunca había visto, incluso me di cuenta de una gran cantidad de imprecisiones y aspectos flojos del dibujo.

En ese sentido, mi ojo de historiador del arte no ha perdonado a una de mis películas favoritas. Los animadores debieron sufrir mucho a la hora de animar a la Nala adulta y al resto de las leonas; algunos detalles de iluminación y trazo no son del todo satisfactorios, pareciera que el color en algunas partes poco importantes está mal sombreado y que las líneas se contonean en la animación. De ninguna manera me deja de gustar la película, sino todo lo contrario, creo que no me hubiera fijado en eso si la película no me gustara tanto.

Ahora les pregunto, ¿tienen algún recuerdo parecido?, ¿con ésta o con otras películas infantiles?. Me encantaría saber... Déjenme una respuesta al final de la nota.

Adios!!!

2 comentarios:

  1. HERMOSOS RECUERDOS TENGO DE ESA PELÍCULA. TAMBIÉN MARCO MI INFANCIA.
    RECUERDO QUE LA FUI A VER CON MI SOBRINA LA MAYOR Y LE ENCANTO Y DESDE ENTONCES ELLA SE HIZO FAN DE LOS PERSONAJES DE EL REY LEÓN,

    GRACIAS POR HACERME RECORDAR UNA BELLA ETAPA DE MI INFANCIA. TE MANDO SALUDOS

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  2. A ti gracias Aldonza... Me da gusto verte por acá y espero saber de ti otra vez muy pronto...

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